Arranca 2019 con El Collar Rojo, producción francesa que adapta el libro de Jean-Christophe Rufin. Escrita y dirigida por Jean Becker, cuenta una fascinante historia de lealtad ambientada en la Francia de la posguerra de la Primera Guerra Mundial. ¡No te pierdas nuestra crítica sobre El Collar Rojo!
Sinopsis de la película El collar Rojo
Año 1919. Morlac(Nicolas Duvauchelle), un héroe de guerra se encuentra encarcelado en una prisión militar con previsión de sentencia de muerte. Lantier (François Cluzet), un cultivado juez militar investiga el caso para determinar si la sentencia es justa o inmerecida. Afuera, delante de la puerta de la prisión, el perro de Morlac ladra sin cesar día y noche, guardando un secreto que será clave para la resolución del caso.
Sobre los personajes de la película
Una de las mejores virtudes del guión de El Collar Rojo es que pone el foco en los personajes. Presenta pocos, para dedicarles su correspondiente tiempo de desarrollo, de manera que los espectadores pueden entender perfectamente sus deseos y motivaciones.
Morlac es un héroe encarcelado por los mismos que le condecoraron, y Lantiere, un respetado juez militar que se cuestiona la lógica de la guerra. Ambos personajes, protagonista y antagonista, son el núcleo central de la trama, y la evolución de su dinámica preso-juez, seguramente sea lo mejor de toda la película. Profundas conversaciones que hacen avanzar la trama, aportando información nueva sobre los hechos del caso, y a la vez, sirven de crítica y reflexión para tratar temas como la lealtad, la guerra, la familia, la responsabilidad, el deber, o el amor a la patria.
El resto de personajes apenas cambian o evolucionan de alguna manera, son, en esencia, una herramienta para profundizar en los diferentes temas. El personaje de Valentine, pareja de Morlac que aguarda la resolución de la sentencia en las cercanías de la prisión, no aporta mucho más a la historia que la típica pareja de soldado que vive por y para su amado. Incluso la presencia del propio perro, pilar principal del caso que acompaña a Morlac durante toda la guerra, se entiende más como una metáfora de la lealtad y la fidelidad férrea por el amo, ya que realmente aporta poco o nada a los hechos relevantes de la trama.
La puesta en escena
La ambientación está muy bien conseguida, no solo por la fidedigna representación histórica de los diferentes atrezzos, vestuario y maquillaje, también suman mucho las interpretaciones y la dirección de la escena. En su conjunto, consiguen que cada plano trasporte al espectador a la Francia de la postguerra de 1919.
Una cuidada puesta en escena, sea cual sea el escenario, bien durante las interesantes conversaciones en la pequeña celda entre Morlac y Lantiere, o bien durante los momentos entre Morlac y su perro, que muestran la guerra y la gran magnitud de sus virtudes y miserias.
Las interpretaciones cumplen con las exigencias de cada personaje. Nicolas Duvauchelle (The Wedding Planner, Polisse), interpreta correctamente a Morlac en diferentes registros, según avanza el relato de su historia al juez. Sophie Verbeeck (Marussia, Iris), transmite el abanico de emociones estándar de su personaje estándar. Sin duda, la interpretación más destacable es la de Lantiere, a cargo de François Cluzet (Intocable, Una semana en Córcega), que lejos de ser un arquetipo más, sorprende con una humanización del personaje del juez; una interpretación carismática y emotiva, que unida al buen desarrollo narrativo del personaje, hacen del juez Lantiere el mejor personaje de la película, y principal elemento diferencial con películas similares del género.
Opinión final
El Collar Rojo es una entretenida historia sobre la lealtad en tiempos de guerra desde la original perspectiva entre la dinámica preso-juez de los protagonistas. Una trama sencilla, que deja el foco a los personajes principales y a la ambientación histórica. Sin embargo, pese a tener una duración de sólo 85 minutos, el abuso de flaschbacks y ritmo pausado de dirección pueden detraer un poco la atención de los espectadores menos acostumbrados a películas bélicas. Y sin entrar en sopiler, la resolución del conflicto principal es decepcionante, cuanto menos muy superficial.