Tommy Lee Jones toma la silla de director por tercera vez y regresa por los derroteros del western, en este caso histórico, con un relato contenido pero notable en ‘Deuda de honor’.
Sinopsis de la película ‘Deuda de honor’
Mary Bee Cudy (Hilary Swank), una solitaria mujer sin marido ni hijos, vive en un pequeño pueblo de Nebraska. Cuando varias mujeres de su entorno pierden la razón, la Iglesia le encarga la misión de trasladarlas a Iowa donde podrán ser atendidas. Mary contará con la ayuda de Briggs (Tommy Lee Jones), un delincuente al que salva de la horca. Ambos recorrerán el desierto enfrentándose a los avatares del viaje.
Crítica de la película ‘Deuda de honor’
En los tiempos que corren, plagados de franquicias inacabables e ideas poco originales, sentarse en la butaca y disfrutar de una película del oeste como las de antaño, hace que se rememore el ritual cinematográfico por excelencia. La sala en penumbra, la panorámica, el horizonte cabalgado por personas sin destino, el mito, el western, el cine. Deuda de honor tiene los ingredientes que la convierten en un paso más en el género, respetando las claves clásicas pero al a vez ofreciendo algo nuevo, destacando el papel de la mujer como motor de la acción. Si bien no es el primer western donde la mujer toma un papel relevante, y podríamos remontarnos a los tiempos de Sergio Leone y la gran “Hasta que llegó su hora” o incluso más atrás, aquí el personaje femenino carece del elemento sexual. Su valía se centra en su integridad y su fortaleza como persona.
El film está basado en la novela “The homesman” de Glendon Swarthout. El propio director ha participado en la escritura del guion, además de aparecer como productor de la cinta junto a, sorprendentemente, Luc Besson. Sin haber leído la novela se intuye que el libreto ha sido muy condicionado por esta. La presentación de las mujeres locas es demasiado abrupta y descoloca al espectador, en cambio la presentación del personaje principal y su compañero son muy destacables. Ambos están perfectamente dibujados y definidos. La historia invita a la reflexión con un desenlace al que se le pueden encontrar varios significados, coincidiendo todos en la reivindicación de la mujer.
Tommy Lee Jones, que se reserva el papel de Briggs, vuelve a demostrar que sabe contar historias y más si son de la temática que nos ocupa. Su realización es contenida y pausada, dotando al conjunto de cierta pátina lírica que funciona como recuerdo nostálgico de los viejos films fronterizos. Jones ha sabido rodearse de un reparto de primera, donde destaca por encima de todos la fantástica Hilary Swank con una interpretación que recuerda a sus mejores trabajos como “Million Dollar Baby”. El dolor que es capaz de expresar con la mirada, su necesidad de encontrar el amor y su fortaleza interior como fuente de superación quedan expresadas con maestría sin necesidad de diálogos. Por la cinta también se pasean, en pequeños papeles, los geniales James Spader y Meryl Streep. Tommy Lee Jones crea un personaje extraño, del que no acabamos de conocer sus motivaciones, y lo hace siguiendo la línea del “Rooster” Cogburn de “Valor de ley” sin llegar a los excesos de este.
Técnicamente “Deuda de honor” tampoco se queda atrás. La fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, responsable del look de “Biutiful”, “Babel” o “Brokeback Mountain”, refleja perfectamente los paisajes clásicos del género y su ambiente melancólico, además de dotar al conjunto de cierta atmósfera insana centrada en los personajes de las dementes, que dejan algún momento impactante en la retina del espectador. La música de Marco Beltrami refuerza las sensaciones con una partitura basada en el violín sureño, que deja en un segundo plano la épica.
“Deuda de honor” es un ejemplo más del buen hacer de Tommy Lee Jones como director, siguiendo la estela de un grande como Clint Eastwood. Su historia clásica y a la vez distinta, su poderío técnico y sus grandes interpretaciones hacen que sea más que aconsejable sentarse delante de una pantalla lo más grande posible y recorrer el oeste americano a caballo.