Llega a las pantallas la película francesa del director Julien Leclercq, The Informant. Un thriller inspirado en hechos reales en la que Marc Duval (Gilles Lellouche), se verá implicado en el peligroso mundo del tráfico de drogas para tratar de llegar a fin de mes.
Sinopsis de la película: The Informant
Marc Duval (Guilles Lelluche), regenta un pequeño bar en Gibraltar justo en la época en la que el tráfico de drogas proveniente de Marruecos, los años ochenta, está en pleno auge. Marc Duval, que llegó desde Francia a aquel paraíso fiscal huyendo de antiguas deudas, hace todo lo que está en su mano para mantener el negocio a flote y sustentar a su mujer Clara (Raphaëlle Agogué) y a su pequeño bebé.
Apurado por las deudas, recibe una invitación de un buen amigo para contactar con Redjani Belimane (Tahar Rahim) un agente de la aduana francesa quien, a cambio de los chivatazos que Marc le pueda proporcionar para incautar cargamentos de droga, como recompensa le ofrecerá un porcentaje del valor de los cargamentos.
Poco a poco Marc se encontrará nadando entre dos peligrosas corrientes, pues las mafias de distintas nacionalidades que utilizan Gibraltar como puerta de paso a Europa para distribuir sus drogas, se fijarán en Marc para utilizarlo para sus trabajos. Esto hará que Marc comience a ganar mucho dinero de una forma fácil sin valorar las consecuencias adversas que puede tener para él mismo pero sobre todo para su familia.
Crítica de la película: The Informant
Julien Leclercq (Asalto), dirige The Informant, una adaptación de Abdel Raouf Dafri inspirada en la novela autobiográfica deL’AVISEUR de Marc Fiévet. La película es un interesante thriller donde el protagonista, un hombre normal y corriente, se ve seducido por el dinero fácil. Una situación que a día de hoy en España pudiera suceder con relativa facilidad.
The informant destaca por su objetividad a la hora de relatar los hechos, lo cual hace que el espectador entienda perfectamente los motivos para “delinquir” de un personaje tan cotidiano como lo es Marc Duval, correctamente interpretado por Gilles Lellouche. Y digo “delinquir” entre comillas porque el primer encargo por el que es seducido un hombre casi ahogado por las deudas viene de parte del agente de aduanas Redjani Belimane (Tahar Rahim) que está deseando ser útil para su nación, Francia.
La premisa es bien sencilla y a día de hoy, con la enorme cantidad de gente que está en una situación desfavorecida, más actual que nunca. Un hombre sencillo y trabajador ve como su calidad de vida, lejos de progresar como productor de su esfuerzo y constante dedicación a su trabajo, merma, reduciendo día a día sus posibilidades para alcanzar un bienestar adecuado para él y su familia. Marc Duval, un personaje bien definido, responsable, lógico pero con carácter, no aspira a más ni menos que tener un próspero negocio y vivir de forma desahogada. No pretende forrarse, hacerse famoso o montar un imperio. Quiere ser el capitán independiente de su propia vida. ¿Podría mantenerse a flote con su vida y oportunidades actuales? Seguramente. ¿Le faltaría un plato en su mesa? No lo creo. Pero, ¿Quién quiere conformarse viviendo siempre al borde de la quiebra, peleando día a día por sobrevivir un día más? Si tuviera la oportunidad, ¿no arriesgaría un poco para dar a su familia aquello que se merece, una estabilidad larga y duradera donde un capricho no fuese un lujo?
Establecida la empatía con el público, el personaje comienza a adentrarse en el peligroso mundo político y mafioso. El mundo político, representado por el agente de aduanas interpretado por Tahar Rahim, y el mundo de la mafia internacional con su máximo exponente Mario Claudio Pasco Lanfredi (Riccardo Scamarcio), un hombre inexistente.
La trama se irá desarrollando con buena factura a través de inquietantes escenas en las que el protagonista dejará de verse asfixiado por las deudas, para sustituirlas por la dificultad de sobrevivir en un complicado entramado de intereses, siendo él el peón de las distintas naciones que tratan de destacar en su labor en la lucha contra el narcotráfico, como de las distintas organizaciones criminales que trafican alrededor del peñón.
El director, Julien Leclercq, ha creado una película y definido unos personajes que poco tienen que envidiar a aquellas grandísimas producciones que llegan a través del océano. Quizá el único aspecto negativo que se puede encontrar en The Informant son ciertos cambios de ritmo que hace que el espectador se relaje cuando, de mitad de película al final, debería mantenerlos casi sin respiro, una situación en la que sí se encuentra el protagonista pero que no llega a calar del todo fuera de la pantalla.
No obstante, me reitero en mi opinión de que el guion, la interpretación, la trama y calidad técnica es muy buena o excelente en según qué aspectos, destacando más aún en la contundencia y franqueza con la que se representan las escenas. The Informant no se luce, te golpea, y eso es algo que no se encuentra en casi ninguna producción americana.