Con la llegada del verano, la cartelera empieza a llenarse de películas cuya única pretensión es la de pasar un rato ameno huyendo del calor con una bolsa de palomitas y un buen refresco. Es el caso de ‘Sabotage’, una irregular cinta de acción destinada únicamente para incondicionales del género que, aunque no cambiará la vida de ninguno de ellos, al menos conseguirá para quien vaya a verla el propósito marcado: entretener.
Sinopsis de la película ‘Sabotage’
John Warton (Arnold Schwarzenegger) dirige un equipo especial de la DEA, que son enviados para acabar con una sede central de una importante red de narcotráfico. Pero el verdadero propósito de la visita es hacerse con una importante suma de dinero. Una vez conseguido el botín, deciden esconderlo en un lugar secreto, pero cuando van a recogerlo unas horas más tarde, descubren que ya no está. Con este panorama, alguien desconocido empieza a matar a cada uno de los miembros del equipo…
Crítica de la película ‘Sabotage’
Sabotagees lo nuevo del actor Arnold Schwarzenegger (‘La gran revancha’, ‘Plan de escape’). Ha vuelto el hombre de acción, pero el tiempo pasa también para Terminator, y dicho rol empieza a quedarle un tanto grande en su envejecido aspecto, el cual refleja la sombra de lo que ha sido. Desconozco si el horripilante corte de pelo que se gasta ‘Arnie’ en la película era un mal presagio de lo que se nos venía encima, pero lo cierto es que la única forma de tomarse en serio ‘Sabotage’ es precisamente no tomándosela demasiado en serio. Consejo: Dejarse llevar por el simple y llano entretenimiento sin esperar un thriller de esos que algunos llaman “inteligente”. La fórmula usada por David Ayer para el desarrollo de la trama, director y coautor del guión junto a Skip Woods, la hemos visto demasiadas veces en el cine y la literatura como para resultar novedosa. La premisa de la que parte y hacia donde camina el film a lo largo de los 109 minutos de metraje es, simplemente, la de descubrir la identidad de un traidor en un grupo, basándose libremente en la novela de Agatha Christie ‘Diez negritos’.
La premisa manda y, dicho sea de paso, basta y sobra a los guionistas David Ayer y Skip Woods para levantar el edificio. ‘Sabotage’ posee un argumento mínimo con el único fin de que el desarrollo de la historia llegue a buen puerto. El mismo hecho de servirse del mero entretenimiento debería ser legítimo, ya que lo pretendido se consigue de sobra. Pero se hace a base de sacrificar un mínimo desarrollo de personajes y apostar por situaciones forzadas y previsibles en lugar de dotar de más credibilidad y profundidad al conjunto. En vez de eso, se recurre a golpes de efecto a base de casquería (no presenciaba tantos intestinos, vísceras y litros de sangre desde ‘La noche de los muertos vivientes’), chistes simples y un tanto machistas, un vocabulario con sobredosis de tacos, diálogos insípidos y unas interpretaciones que dejan mucho que desear. Todo ello acartona la película en su conjunto por obra y gracia de un guión plano, hueco y sin sustancia. Lo más destacado de la película son las secuencias de acción, dotadas de un estupendo realismo y espectacularidad. Un más que loable esfuerzo teniendo en cuenta que no estamos ante una superproducción.
El entretenimiento se consigue, por supuesto, aunque sólo sea por los efectos de un guión tramposo lleno de trucos narrativos. Ayer y Woods se atreven incluso a dotar a la historia de ‘Sabotage’ciertas dosis de dramatismo, donde Schwarzenegger se esfuerza en dar lo mejor de sí como actor y consigue, en ocasiones, incluso ser creíble (pensemos en las secuencias donde visiona el video en el que torturan a su mujer). El clímax del ocaso de Schwarzenegger como héroe de acción se produce en la impagable e innecesaria escena final en el bar de Mexico, donde el actor austriaco se permite el lujo de pronunciar algunas palabras en castellano (aconsejable visionar la cinta en versión original para degustar en su justa medida tan delicioso momento) en una curiosa autoparodia de sí mismo en plan “solo contra todos”, que parece homenajear otros dislates cinematográficos como ‘Desperado’ (1995, Robert Rodríguez). Sólo se echa en falta que cite de nuevo aquel famoso “Sayonara, baby”, lo cual no hubiera tenido desperdicio, pero esta vez hubiera resultado más crepuscular al sustituir la chupa de cuero por el sombrero de cowboy. Después de sus últimos fracasos en el cine, ¿estaremos presenciando la despedida de ‘Arnie’ como actor? Tal hecho dotaría a la escena de un significado especial, algo así como un viejo vaquero de un spaghetti-western haciendo un último trabajo antes de retirarse. O eso, o estamos ante ‘Arnie’ interpretándose a sí mismo, que tampoco está nada mal para rematar la faena.