‘Por un puñado de besos’ llega a la cartelera con la intención de conquistar al público adolescente a base de besos, mentiras, abdominales y filtros de Instagram. ¿Lo logrará?
Trailer de la película ‘Por un puñado de besos’
Sinopsis de la película ‘Por un puñado de besos’
Sol (Ana de Armas) ha decidido dejar las penas y malos tiempos atrás para darle una oportunidad a la vida. A sus 21 años ya ha vivido un duro drama que ha marcado su vida para siempre pero a pesar de eso ha decidido no desperdiciar ni un solo momento. Vivir intensa y apasionadamente cada instante será su meta. Ahora su principal objetivo es encontrar un gran amor. Un amor con el que compartir un montón de momentos, experiencias y aventuras, esos que día a día planifica y anota en su particular listado de cosas pendientes. ¿Cómo encontrar a ese hombre tan especial por el que perder la “cabeza”?. La brillante idea llegará un día y Sol, sin pensarlo dos veces, pondrá un curioso anuncio al que un buen día contestará con una preciosa carta Dani (Martín Rivas).
Un inesperado flechazo unirá a estos dos desconocidos que poco o nada saben el uno del otro. Sol y Dani vivirán desde el primer instante una apasionada historia de amor, que cómo no vendrá acompañada por sus luces y sus sombras. Toda pareja que se acaba de conocer tiene sus secretos ¿cuál será el secreto que oculta esta pareja?.
Crítica de la película ‘Por un puñado de besos’
Intentando repetir el éxito de taquilla juvenil de Tres metros sobre el cielollega este fin de semana a la cartelera Por un puñado de besosprotagonizada por Ana de Armas y Martín Rivas. Y siguiendo los patrones marcados por su antecesora vuelve a recurrir a los mismos elementos de partida. El guión es una adaptación del best-seller juvenil ‘Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre’ de Jordi Sierra i Fabra donde encontramos ante otra historia de amor imposible entre dos jóvenes veinteañeros. Además vuelve a contar con un reparto de sobra conocido entre el público adolescente pero… ¿podrá ‘Por un puñado de besos’ destronar a la historia de amor de ‘H’ interpretada por el ya taquillero de por sí Mario Casas? Lo dudo.
David Menkes dirige, con un resultado final bastante desastroso, Por un puñado de besos. Una película donde los diálogos están tan recargados y pretenden ser tan transcendentales que suenan artificialmente adornados y ostentosos, por lo que prácticamente resultará imposible encontrar algo “de verdad” en sus personajes. Decir empalagosa es quedarse muy corto. ¿Alguien me puede decir qué joven cita a Napoleón en medio de una conversación rutinaria?. Y es que a pesar de querer conectar con el público joven parece estar ideada en otro siglo.
El reparto tan poco ayuda como debería. Un Martiño Rivas sin alma, aplomo o argumentos suficientes en su interpretación capaces de demostrarle a una Ana de Armas, entregada por completo a su personaje, ese amor tan profundamente verdadero y único por el que podrías volverte completamente loco. ¿Química? Ninguna. Y la verdad es que no será porque la actriz no lo intente derrochando ternura y sensualidad. La causa de tanto “frío” en la gran pantalla vendrá impuesta por la falta de “sangre” en la interpretación de Martiño, que aunque aporte un físico más que envidiable no será capaz de mostrar la pasión que exige su personaje.
Además, y para más inri, algunos de los secundarios lo que menos harán será ayudarnos a involucrarnos en la trama. Ejemplos hay muchos pero señalaré sólo uno que realmente me molestó ¿Alguién que haya trabajado en una redacción ha tenido un director así y mantiene conversaciones tan absurdas como las de la cinta con él? A lo mejor antes de plasmar en el cine la vida diaria en una redacción habría que visitar una. Todo ello sin mencionar lo terriblemente horrible que es ser periodista en esta película. Y es que cuando conocemos la profesión del protagonista los diálogos serán memorables e impagables, tal parece que nos encontramos ante un terrorista armado hasta los dientes o un violador. Absurdo es poco.
Lo único realmente bueno a destacar será el esmero y cuidado con el que David Menkes ha cuidado cada plano, otorgándole a la película un acabado final vintage muy vistoso, semejándose a los tan en boga filtros de Instagram. Mención especial merecen la original presentación de los títulos de crédito finales, aunque señalar esto como destacado de una película de casi dos horas de duración no sé si finalmente te deja en muy buen lugar.
Sin duda, el final más vacío y simplista que habré visto en la gran pantalla, que además llega sorprendentemente acompañado por un sonoro aplauso con griterío incorporado. Señor Menkes, el aplauso del público no se fuerza ni se falsifica, y en esta ocasión, a pesar de que los aplausos suenen de fondo durante el beso final, dudo mucho que el espectador salga del cine aplaudiendo su película.