El director Jean Pierre-Jeunet presenta su última película ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’, coproducida por Francia y Canadá, basada en la novela bestseller de Reif Larsen.
Sinopsis de ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’
T.S. Spivet un superdotado de 12 años que vive junto a su familia, un rudo padre cowboy, una madre bióloga adicta a los insectos, un hermano malogrado y una hermana enganchada a los concursos de belleza, en un rancho de Montana, realiza un hallazgo científico: la máquina de movimiento perpetuo. Un buen día llamarán a Spivet para premiar su descubrimiento, esta circunstancia motivará su viaje solitario hacia Washington D.C.
Crítica de ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’
El director de la exitosa Amelie (2001) comienza abusar de su personal universo plagado de personajes estrafalarios, encuadres originales, localizaciones atípicas y situaciones absurdas. Delicatessen (1991) supuso, codirigida con Marc Caro, al panorama fílmico francés de los noventa, en el que todos los pertenecientes a la Nouvelle Vague, tan poderosa durante las décadas anteriores, y sí, hasta los 80, empezaban a dar síntomas de cansancio y agotar cualquier atisbo de innovación, un planteamiento nuevo, descarado e imaginativo, dentro de Europa. Jean Pierre-Jeunet se aproxima al género por antonomasia originario en Estados Unidos, las road-movie. Películas americanas como Una historia verdadera ( The Straight Story, David Lynch,1999) , esa pequeña joya, con muchos detractores, parida por David Lynch a partir de un hecho real, o Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, Jonathan Dayton, Valerie Faris, 2006), con niña y familia desubicada, planean sobre los cimientos de El extraordinario viaje de T. S.Spivet.
Jean Pierre-Jeunet ha encontrado su marca de la casa, su estilo propio, y parece que se ha acomodado. Su única preocupación es la de realizar planos bellos, algún gag irreverente, presentar a los personajes, complicados, al margen de lo cotidiano, como si el Planeta Tierra solo se tratara de un atajo de imperfectos y raros especímenes en la que habita gente absurda en una realidad absurda (un rancho perdido de la mano de Dios ), dejando de lado el guion. Lo que cuenta ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’ termina por dejarte indiferente. Te calzas las gafas 3-D, esperas a Jean Pierre y Jean Pierre te lo da, pero todo se diluye en una historia previsible, influenciada y distante. El espectador iniciado empieza a cansarse de más de lo mismo y de las jugadas que le plantea: la figurita del capitán, veinte minutos esperando a que diga algo y nada; en cambio el perro habla; vaya sorpresa, un vagabundo interpretado por el actor fetiche del director (Dominique Pinon), al que se le podría haber sacado más jugo en lugar de aparcarlo en un simple cameo; Helena Bonham Carter (madre de Spivet) en el papel de madre y esposa diferente, cuya evolución de madre despreocupada a madre amantísima no termina de encajar… Son algunos de los ejemplos en los que esta cinta se convierte en una película más dentro de la fantasía de Jean Pierre- Jeunet, que intenta emocionar pero no termina de lograrlo. Una película más que aparca el fondo y eleva la estética. Pero estética sin argumento que deja un bonito paisaje pero un fatuo discurso.
‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’ quiere poner en evidencia muchos temas pero ninguno termina por vertebrar el film. Desde el principio se nos somete a una tormenta de tramas y subtramas que se van diluyendo. Tal vez si Jean Pierre-Jenet se hubiera centrado en el chico y su viaje para tomar conciencia de la aburrida pero esencial vida que lleva Spivet,dejando de lado referentes cinéfilos aprovechados bajo mínimos (el tren en el que huye Spivet es un calco tácito, sin saber muy bien con qué intención, al camión de El diablo sobre ruedas (Duel, Steven Spielberg,1971), estaríamos escribiendo sobre otra película. Una notable experiencia visual que deja un vacío irremediable.