Destacado Amance en Edimburgo

Crítica de la película ‘Amanece en Edimburgo’

La adaptación cinematográfica de la premiada obra de teatro musical Sunshine on Leith llega esta semana a las pantallas españolas. Inspirada en la música del grupo The Proclaimers, Amanece en Edimburgo viene precedida de un gran éxito de crítica y público tras su estreno en el Reino Unido.

Sinopsis de ‘Amanece en Edimburgo’

Cartel de 'Amanece en Edimburgo'
Cartel de ‘Amanece en Edimburgo’

Davy (George Mackay) y Ally (Kevin Guthrie) vuelven a Edimburgo tras haber combatido en la guerra de Afganistán. Ya en casa se encuentran con el reto de recuperar unas vidas en las que poder encajar nuevos planes e ilusiones. Mientras Ally retoma su relación con la hermana de Davy, Liz (Freya Mavor), y este comienza a salir con Yvonne (Antonia Thomas), la celebración de las bodas de plata de los padres de Davy, Rab (Peter Mullan) y Jean (Jane Horrocks), parece conducir la vida de todos los protagonistas a un punto muerto en el que deberán replantearse sus prioridades y sus sentimientos.

Crítica de ‘Amanece en Edimburgo’

I´m gonna be (500 miles) es una canción que en España tenemos bien aprendida. Ya sea por su continua aparición en series (Cómo conocí a vuestra madre– How I Met Your Mother, 2005- 2014) o en publicidad, su estribillo está grabado en nuestro cerebro. Sin embargo, no pasa lo mismo con el resto de canciones del grupo que la compuso, los escoceses The Proclaimers. A pesar de que este desconocimiento sobre la carrera del dúo musical no debería suponer en principio ningún problema para el espectador (al fin y al cabo la aparición de musicales basados en la discografía de grupos es relativamente reciente), lo cierto es que en Amanece en Edimburgo hay algo que falla.

Imagen de 'Amanece en Edimburgo'
Imagen de ‘Amanece en Edimburgo’

Con una trama simple en las que los amores se entrelazan con cuestiones generacionales y dramas personales, la música debería funcionar como vehículo que permitiese transmitir de forma certera todas esas sensaciones y sentimientos encontrados, sin embargo en Amanece en Edimburgo las canciones no terminan de intrincarse con la historia. Sí, son pegadizas, y sí, algunas consiguen enganchar al público y hacerle mover en el asiento, pero el conjunto resulta un tanto indiferente. Su puesta en escena tampoco ayuda: aunque combina números de grandes coreografías con momentos más intimistas (en general ganan aquellos que se apoyan en la participación paralela de todos los personajes, aportando así diferentes matices y lecturas a una misma letra), el balance es irregular.

Imagen de 'Amanece en Edimburgo'
Imagen de ‘Amanece en Edimburgo’

Del mismo modo, aunque la trama parta de las canciones incluidas en el disco Sunshine on Leith, el argumento tejido a su alrededor resulta un tanto previsible. Debido a la necesidad de adaptar el musical original a una forma cinematográfica (de apenas 100 minutos), parte del argumento transcurre de manera precipitada, sin tiempo o motivos que lo justifiquen suficientemente. Por ello, resulta un tanto desconcertante que se concentren los puntos de mayor atención (e interés) en las historias que se alejan de los dos supuestos protagonistas principales, y que las tramas mejor construidas sean las relativas a Liz, a la pareja de Rab y Jean, y al paralelismo que se da entre los tres.

Imagen de 'Amanece en Edimburgo'
Imagen de ‘Amanece en Edimburgo’

En contraposición, Amanece en Edimburgo juega otra de sus grandes bazas en lo localista de la propuesta, y sale victoriosa. Además de en el título del film, Edimburgo aparece en la película como un personaje discreto que se hace presente en cada nuevo día que nace y muere (cobran gran importancia visual las numerosas panorámicas de la ciudad), y sobre todo, como un elemento que forma parte de los protagonistas proporcionándoles tanto motivos para el conflicto como momentos de dispersión o comedia. Pese a lo que pudiera parecer, el juego con los estereotipos propios y locales funciona bien al basarse, teniendo en cuenta el actual contexto en el que se prepara un referendumsobre la independencia escocesa, en aspectos suficientemente reconocibles para el espectador independientemente de su cuál sea su procedencia (rivalidades entre ciudades, referencias a tendencias culturales o migratorias…).

Imagen de 'Amanece en Edimburgo'
Imagen de ‘Amanece en Edimburgo’

Suponiendo un cambio de registro para su director, el inglés Dexter Fletcher, Amanece en Edimburgo consigue funcionar como película con la que pasar un rato amable en la sala del cine. Pero lamentablemente y pese a las buenas intenciones, el musical no consigue situarse en un nivel superior al de entretenimiento olvidable.

Trailer de ‘Amanece en Edimburgo’

DIRECCIÓN
6
GUION
6
INTERPRETACIÓN
8
LO BUENO
Las interpretaciones, en las que destaca la pareja de Freya Mavor y Kevin Guthrie, y el siempre complejo Peter Mullan
LO MALO
La corta duración juega en detrimento del desarrollo de la historia
Que la promocionen como la próxima Mamma Mia cuando las comparaciones solo pueden perjudicarle
6.7