Llega el documental sobre Antonio Vega, un personaje tan desconocido como su obra, la cual siempre creció a la sombra del mayor éxito comercial e himno de los ochenta “La chica de ayer”. ‘Antonio Vega, tu voz entre otras mil’ recorre toda la obra del compositor ofreciendo una visión oscura de la vida del genial artista.
Trailer de ‘Antonio Vega, tu voz entre otras mil’
Crítica de ‘Antonio Vega, tu voz entre otras mil’
Tras el polémico preestreno del documental de Antonio Vega, tu voz entre otras mil, en el que los mismos familiares de Antonio llegaron a plantearse la posibilidad de su secuestro por la vía judicial al sentirse “engañados y manipulados” tras su visionado, llega su esperado estreno a las pantallas españolas de la mano de Karma Films, que apuesta por su distribución en salas cinematográficas.
Las dos horas de documental comienzan con un día como hoy pero de hace bastantes años. En plenas fiestas de San Isidro una abarrotada Plaza Mayor de Madrid escucha expectante a un bromista Antonio Vega: “A ver si me acuerdo de haceros unas fotos… luego me dais vuestra dirección y os las envío”. Público y cantante ríen juntos para después, en algún momento del concierto, retratarse con una cámara de fotos de las de película, de las que luego había que revelar. La palabra Selfie, gracias a Dios, todavía no significaba nada ni provocaba muertos.
Tras este prometedor arranque se sucederán anécdotas, personajes (Will More como máximo exponente), documentos íntimos, fotos, vídeos, filmaciones de super 8 de la infancia del cantante, declaraciones de familiares, amigos, compañeros, músicos, grabaciones… Antonio Vega, tu voz entre otras mil cuenta con bastantes momentos alegres, simpáticos y emotivos a lo largo de toda la cinta pero, y dándole en parte la razón a la familia, el tono general que trasciende del documental es un tanto oscuro, llegando a ser un poquito lúgubre en ocasiones.
Personalmente, creo que es difícil evitar este resultado usando la documentación recogida por la directora, Paloma Concejero. Por un lado, todo el metraje discurre bajo la banda sonora original de las canciones que, como es lógico, compuso el artista. Dichas obras que cuentan con distintos motivos e intenciones, no es que sean muy (y con todos mis respetos) animadas. Ni que decir tiene que la obra del artista es muy evocadora, profunda y bella, pero el ritmo, el tono y en ocasiones la letra, no dan mucho margen para provocar subidones adrenalínicos. Por otro lado, el documental se centra más en aquellos momentos de ruptura y pérdidas que sufrió Antonio a lo largo de su vida, la influencia negativa de las drogas y en los anhelos inalcanzados de su persona, que en los momentos mismos de creación, encuentros amorosos, grabación de discos o inspiración. Para hacerme entender: Se centra y hace mucho más hincapié en los finales y consecuencias que en los principios de cada historia. Cuando se cuenta el principio de algo, (un enamoramiento, un nuevo proyecto, una revolución) siempre suele ser mucho más bonito que el final (una ruptura, una conclusión, las consecuencias). Así mismo, la misma cantidad de fundidos en negro que tiene el documental para dar sucesión a las distintas partes del mismo, imprimen dramatismo ahí donde la imagen se desvanece.
Es difícil dar un equilibrio y una visión adecuada a la historia de una vida artística, más aun cuando el personaje a retratar es Antonio Vega, pero lo que es más complicado aún es hacer una fotografía que le guste a todo el mundo. A favor del documental se puede argumentar que prácticamente todo está narrado con las mismas palabras de Antonio Vega, que en ocasiones cede su espacio para las declaraciones de los familiares, conocidos, compañeros de trabajo o amigos íntimos. Probablemente, la persona de Antonio Vega que refleja el documental no sea su verdadera imagen (mejor que sus familiares y allegados más íntimos no lo sabe nadie), pero sí debe haber una parte, la que está plasmada en los documentos recogidos por la directora, que coincide con la proyección mediática a la que fue sometido el artista. Dudo que Paloma Concejero haya manipulado nada, sino más bien es posible que, viendo como era de reservado Antonio Vega, él mismo sólo haya mostrado (o le hayan dejado mostrar) públicamente su lado más melancólico.
En cualquier caso, por suerte el documental también refleja la tenacidad del artista, su espíritu luchador, la genialidad de sus creaciones artísticas (dibujos, inspiraciones), su buen corazón, su enorme humildad, su genialidad, creatividad, sentido del humor…
Como documental, para alguien ajeno a su trabajo, puede que sus dos horas de duración sean un poco excesivas. Aun así, el resultado y toda la información que se aporta sobre el artista, es lo suficientemente bueno como para que despierte o cree interés como para que el espectador quiera conocer más de la vida y obra del artista. A mí me ha pasado y, probablemente, esto no hubiera sido posible si lo único que podemos escuchar es el deshielo de la punta del iceberg asomándose a las ondas para descubrir eternamente a la “chica de ayer”. “No me hagáis esto, por favor.”, decía un Antonio Vega de cuarenta años cuando le forzaban a cantar el estribillo de la canción…
Familia de Antonio Vega, no se preocupen. La gente inteligente que vea el documental (ninguna otra lo verá) intuirá todo aquello que no se muestra aunque es cierto que, como dijo su hermano Carlos tras el visionado de su preestreno, no logre reflejar la grandeza de Antonio como músico.