Marian Álvarez en la película "Morir"
Marian Álvarez en la película "Morir"

Crítica de la película “Morir”: demasiado fría

Fernando Franco vuelve a hacer equipo con Marian Álvarez tras “La herida” en una película con valores cinematográficos parecidos, donde lo único que resalta es la interpretación de la pareja protagonista.

Crítica de “Morir” de Fernando Franco

Morir” es una película de sensaciones. Su vocación es la de intentar evocar en el espectador los sentimientos que se deben experimentar cuando una persona querida se encuentra próxima a su fin. Y con ese afán, el guion que escribe el propio director no se fuerza en contarnos la historia de la pareja formada por los intérpretesMarian Álvarez y Andrés Gertrudix, como ya ocurriera en “La herida”, el precedente de Fernando Franco. Aquí no interesa saber qué enfermedad va a matar a Luis, ni cómo se ha llegado al momento de la narración, tan solo la relación que comparte con Marta y las consecuencias que tiene en ella la enfermedad. Esta decisión es valiente, pero hace falta tener mucho talento para llevarla a cabo y salir victorioso. No es el caso, ya que, al carecer de introducción, el primer acto es un compendio de cotidianidades de ambos personajes, engarzados de manera torpe y sin ápice de interés, pues no difieren de los quehaceres habituales de cualquier persona. De esta manera, cuando la película quiere despegar, el espectador está aburrido y lo que le espera es más de lo mismo, pero con el dichoso cáncer de por medio.

Marian Álvarez y Andrés Gertrúdix en una imagen de la película "Morir" de Fernando Franco.
Marian Álvarez y Andrés Gertrúdix en una imagen de la película “Morir” de Fernando Franco.

Fernando Franco utiliza una puesta en escena dudosa, que puede ser entendida dentro del marco del bajo presupuesto con el que parece estar hecho el film, y que por tanto no le debe quedar otro remedio que incurrir en rodar los menores planos posibles. Algo que puede ser bueno, pero una vez más, hay que saber ejecutarlo, y mientras en la butaca se contemplan algunas secuencias propias de un corto de escuela, el yo interior más carca recuerda la majestuosidad de los tiempos del cine clásico donde con pocos planos y una buena coreografía se podía contar una historia invisibilizando la situación de la cámara. Escondiendo el artificio. En “Morir” es inevitable sentirse como el operador de cámara, buscando a los actores para encuadrarlos. Algunos dirán que es otra manera de hacer cine, pero no es la que personalmente me atrae. Donde sí que triunfa el director es en el hecho de remover las emociones del público. Sobre todo, en un tramo final bastante desagradable y no apto para todo el mundo, en especial aquellos que hayan pasado por lo mismo que el personaje de Marta.

Foto en el rodaje de la película "Morir" con Marian Álvarez.
Foto en el rodaje de la película “Morir” con Marian Álvarez.

La gran virtud del film, como en el anterior trabajo de su director, es el excelente trabajo de su pareja protagonista. Andrés Gertrúdix transmite perfectamente el dolor que produce una enfermedad de este tipo, tanto a nivel físico como psicológico. Por encima de él se encuentra una Marian Álvarez impresionante, capaz de mostrar todo tipo de sentimientos con su mirada y con sus expresiones. No hacen falta las palabras y la película tampoco abusa de ellas. Álvarez debería ser considerada como una de las grandes actrices españolas del momento y verse recompensada con más trabajos.

El director Fernando Franco en el rodaje de "Morir".
El director Fernando Franco en el rodaje de “Morir”.

“Morir” es una película incómoda, que no busca el sentimentalismo en ningún momento. Las lágrimas que pueda arrancarle al espectador serán desgarradoras, sin necesidad de contarnos una historia al uso, dentro de los estándares, y que supone la mayor pega que se le puede poner, siendo no obstante recomendable gracias al trabajo de su pareja protagonista.

DIRECCIÓN
3
GUIÓN
2
INTERPRETACIÓN
9
Reseña de lectores2 Votos
6.7
LO BUENO
Su pareja protagonista. En especial Marian Álvarez.
LO MALO
Su guion es casi inexistente.
Fernando Franco narra de manera muy irregular.
4.7