Imagen de la película "El chico del millón de dólares"

Crítica de la película ‘El chico del millón de dólares’

Basada en hechos reales, ‘El chico del millón de dólares’ cuenta la historia de un representante venido a menos de grandes estrellas del deporte americanas. Para salir de la crisis laboral en la que se encuentra, idea un concurso para encontrar al mejor lanzador de baseball de todo India, país donde no se practica dicho deporte.

Crítica de la película ‘El chico del millón de dólares’

Nos encontramos, como era de esperar, a la típica película de superación personal, amable, tan previsible en su candidez, que es difícil no aburrirse en los primeros minutos. Sin embargo, gracias al como siempre impecable equipo técnico y la infalible producción del país norteamericano del que proviene, la película resulta lo suficientemente pasable como para que no se pierda de todo el interés por lo que cuenta.

Darshan Jariwala, Jon Hamm y Alan Arkin en "El chico del millón de dólares"
Darshan Jariwala, Jon Hamm y Alan Arkin en “El chico del millón de dólares”

Al enfrentarse a una película de estas características, que se ve de lejos que va a haber una superación personal, un ensalzamiento de los valores éticos por encima de los materiales y la vivencia del sueño americano (llegar casi sin papeles al país y hacerse de oro), es fácil tener unas ideas preconcebidas de los que el guion vendrá a contar. Aun sin ellas, pronto nos daremos cuenta que ‘El chico del millón de dólares’ pretende seguir todas y cada una de los clichés de las películas de este tipo sin ni siquiera ahondar ligeramente en aquellos grises que se encuentran en los elementos brindados por la historia real en la que se basa.

Escena de la película "El chico del millón de dólares"
Escena de la película “El chico del millón de dólares”

Realidad es que aun siendo un supuesto paraíso, en la india hay una pobreza bestial, un abismo entre clases insalvable (no como aquí que está disimulado) y un gran desprecio por el género femenino. Estoy de acuerdo que ‘El chico del millón de dólares no tiene por qué tocar estos temas directamente, más cuando se trata de un producto diseñado para agradar al espectador, pero si de alguna manera hubieran incluido o reflejado sutilmente algún tema de mayor calado, nos hubiéramos encontrado con una película mucho más emotiva, más interesante y de trascendencia, como lo fue “The Blind Side” protagonizada por Sandra Bullock y que le valió un Oscar.

Las dos películas guardan bastantes similitudes. Si en aquella un chico sin recursos (Michael Oher el personaje interpretado por Quinton Aaron) lograba una oportunidad de futuro gracias al deporte, en esta igualmente contarán con una oportunidad parecida dos jóvenes de la india (Dinesh Patel y Rinku Singh interpretados respectivamente por Madhur Mittal y Suraj Sharma) que, sin llegar a estar viviendo en la miseria, podrían tener la opción de un futuro incomparable en de ganar el concurso y ser fichados por un equipo de la liga profesional de béisbol de EEUU. La diferencia más evidente, ahí donde podría haber destacado ‘El chico del millón de dólares’, es que tras el concurso hay un protagonista, JB Berstein (Jon Hamm), que lejos del altruismo del personaje interpretado por Sandra Bullock, Leigh Anne Tuohy, persigue un lógico y loable beneficio económico.

Imagen de la película "El chico del millón de dólares"
Imagen de la película “El chico del millón de dólares”

Mucho podría haber dado de sí el personaje de JB Berstein si se hubiera profundizado sobre su persona en vez de haberse quedado en la superficie. Es fácil para el espectador dar por hecho que el señor Berstein estima los valores materiales, que las jóvenes modelos con las que se relaciona y no se compromete también, que no tiene mucho tiempo para amistades reales y que debido a su trabajo de representante de estrellas deportivas, se ha pasado toda su vida laboral haciendo la pelota a los famosos para los que trabaja. Esto es fácil de suponer, esto sería el punto de partida. No hace falta que se explique, se ve. Es cine. A partir de ahí es desde donde se podría trabajar para llegar a algo que no es tan fácil de ver. Algo más profundo, algo más trascendente que no debiera ser tan discursivo ni evidente.

Lo mejor sin duda es el deporte tan desconocido en la india como en España: El béisbol y el anciano ojeador retirado Ray Poitevint interpretado por el magnífico Alan Arkin. Resulta muy sorprendente lo interesante que resulta descubrir un deporte distinto al patrio futbol, único orgullo nacional. Cada vez que aparece una escena con el béisbol (pruebas para encontrar a los candidatos, preparación de los eventos, cruciales reuniones con los patrocinadores, entrenamientos), ‘El chico del millón de dólares’ crece exponencialmente en intensidad e interés debido a la incertidumbre de las consecuencias y al impecable hacer de la producción. Todo se enfoca en momentos concretos que parecen de vital importancia haciendo que la simple observación del lanzamiento de una bola de madera adquiera una relevancia sin igual. Cualquier cosa puede acontecer. ¿Fallará? ¿Lo logrará? ¿Tendrán éxito las negociaciones? ¿Se la jugarán? Y eso que obviamente y siendo el tipo de producción que es el espectador ya espera siempre un resultado positivo.

El director Craig Gillespie rodeado del reparto de la película "El chico del millón de dólares"
El director Craig Gillespie rodeado del reparto de la película “El chico del millón de dólares”

Y esto es lo malo de una película predecible… que no se salga de una estructura que suele ir desde “todo va mal” a “todos somos éticamente, moral y emocionalmente felices y ricos”, pasando antes por el inevitable bache de “no lo vamos a conseguir”. ‘El chico del millón de dólares’ sigue esta estructura (¡cómo no si está basada en hechos reales!), pero no utiliza el viaje argumental para hacernos vivir la aventura (real) que protagonizaron sus personajes (reales). En algunos momentos, en los que se pone un poco más seria, logra llegar un poco más lejos, pero en seguida vuelve a la distensión como si la relevancia del pasaje pudiera asustar a los espectadores. Si ‘El chico del millón de dólares’ hubiera arriesgado como JB Berstein lo hizo al montar el reality de El chico del brazo del millón de dólares (título original de la película) en un país donde el cricket es el deporte rey, otro gallo cantaría.

Trailer de la película ‘El chico del millón de dólares’

DIRECCIÓN
7
GUION
4
INTERPRETACIÓN
7
Reseña de lectores3 Votos
8.2
LO BUENO
Todas las escenas en las que aparece Alan Arkin
Todos los medios con los que cuenta la película.
Cuando aparece el humor sin ser forzado
LO MALO
Trata de ser tan complaciente que no se moja en ninguna de sus posiblidades de comedia o drama.
Pese a ser grandes profesionales, el doblaje hace que los personajes de la india tengan problemas con su propia pronunciación
5