Auspiciados por Netflix, los directores Ben Howling y Yolanda Ramke transforman en largometraje el corto homónimo que ambos dirigieron en 2013; film post apocalíptico con epidemia zombie de por medio.
Sinopsis de Cargo: Película de Netflix
Tras una epidemia que ha diezmado Australia, un padre se ve inmerso en la búsqueda de alguien dispuesto a proteger a su hija Rosie.
Crítica de la película de Cargo
Dentro de la corriente actual de vuelta de tuerca del cine de género al que asistimos durante los últimos tiempos, hay que reconocer la notable sofisticación que ha imperado en el llamado subgénero zombie; Maggie (Henry Hobson) y Melanie, the Girl with All the Gifts (Colm McCarthy) son dos ejemplos recientes. Sin embargo, es en la novela La Carretera, de Cormac McCarthy donde, sin dudas, hallamos el principal referente de este film. Pero despejemos rápido cualquier duda: las comparaciones son odiosas y Cargo queda muy lejos de la inmortal obra de McCarthy (de la irregular adaptación de John Hillcoat protagonizada, en 2009, por Viggo Mortensen, hablamos en otro momento). Pese a esto, y por encima del obvio reclamo al que recurre Cargo (un padre y su hija pequeña obligados a deambular a través de un mundo desolado y enfermo), es cierto que ambas obras comparten el propósito de poner en primera línea el acento en la desesperanza y el abatimiento de las que se hace eco una sociedad que ha agotado sus reservas de humanidad.
Crítica de la película de Cargo
El primer tercio de la película es bastante interesante. Los directores nos explican el contexto con pericia y elegancia, sin necesidad de prólogos explicativos con voz en off mientras la cámara sobrevuela ciudades asoladas; el uso de packs confeccionados por el gobierno donde, además de la sintomatología de la infección y un cronómetro, se incluye un punzón retráctil junto a sus instrucciones de uso, resulta un recurso enormemente efectivo para situar al espectador. Todo lo que sucede en esta parte del film, desde que conocemos al personaje de Andy (Martin Freeman) y a su familia, hasta que este se ve obligado a cargar con su hija pequeña, supone un buen punto de partida, con secuencias angustiosas y planteadas con inteligencia, y buenas interpretaciones. Tras esta buena premisa, el film debería alzar el vuelo de cara a su nudo central, aunque lo cierto es que se queda un poco a medias. A base de planos aéreos destinados a poner de relevancia lo inhóspito del paisaje australiano, subrayando así el aislamiento al que las personas se han visto obligadas a recurrir para sobrevivir, Howling y Ramke no acaban de atinar con el enganche entre las vicisitudes de Andy y Rosie y la trama de la chica aborigen; además, todo el argumento que rodea al personaje de Vic (Anthony Hayes) resulta un tanto forzado y atolondrado.
Martin Freeman y la dirección
Martin Freeman mantiene una interpretación solvente a lo largo de todo el metraje, como suele ser usual en los trabajos del actor inglés; si bien del resto de papeles, no hay mucho donde valorar. Se agradece también el esfuerzo invertido por los directores de cara a ofrecer cosas nuevas: la liturgia procedimental a lo “avestruz”, o los fluidos ambarinos que cubren los ojos y la boca de los infectados, son innovaciones que resultan estimulantes en un subgénero tan trillado como el de zombies.
Opinión de la película de Cargo
En resumen, una película de género interesante, algo desaprovechada en su segmento central, pero que remonta al final trayendo a colación la secuencia que lo empezó a todo, la idea primigenia que engendró toda esta historia, y que formaba parte del corto de 2013; una escena tan terrible como hermosa.