Hoy llega a la cartelera española ‘La gran boda’ del director y guionista Justin Zackham. Un impresionante reparto lleno de viejas y nuevas glorias de Hollywood se reúne para interpretar una clásica comedia de enredo que intenta no ser clásica y acaba no siendo ni comedia, ni de enredo.
‘La gran boda’: Trailer
‘La gran boda’: Sinopsis
Ellie Griffin (Diane Keaton) vuelve a su antiguo hogar diez años después de que su ex marido Don (Robert De Niro) la engañara con Bebe (Susan Sarandon), con la que vive felizmente desde entonces. La relación entre Ellie y Don es cordial y todas las rencillas están más que olvidadas, pero la boda de su hijo adoptivo Alejandro (Ben Barnes) con Missy (Amanda Seyfried) abrirá las antiguas cicatrices, ya que deberán fingir que siguen casados delante de Madonna (Patricia Rae), la madre biológica de Alejandro.
‘La gran boda’: Crítica
Hay cuadrillas de amigos que hacen barbacoas, otros montan capeas y los hay que se ven para jugar al pádel. Las cuadrillas de amigos actores de Hollywood, ya que pueden, se ven las caras rodando películas como ‘La gran boda’. Y por la cara con la que se les ve, parece que se lo pasan en grande.
El reparto de ‘La gran boda’ es de los que quitan el hipo: Katherine Heigl, Susan Sarandon, Amanda Seyfried, Ana Ayora, Topher Grace, Robert de Niro, Robin Williams y Diane Keaton, y, lo más importante, de los que aseguran una buena taquilla. Vista la película, uno entiende que además es el elemento definitorio de la cinta: sin ellos probablemente no existiría, o sería radicalmente diferente.
Porque el guión y el director son absolutamente irrelevantes. Uno se imagina que con esta historia llena de situaciones de enredo y un decorado tan inspirador como una boda, un tipo como Judd Apatow habría hecho una epopeya del cuarentón moderno, Woody Allen una aventura coral sobre la contradicción de los sentimientos y Almodóvar, por ejemplo, otra oda al hedonismo y al sexo anal. Justin Zackham opta por no hacer nada.
En ‘La gran boda’ las premisas cómicas de los personajes se evaporan, las situaciones de enredo se dejan pasar y los conflictos entre personajes directamente se esquivan como si fueran algo molesto. Todo el mundo parece cómodo en todo momento. La antítesis de cualquier guión de comedia.
Y estamos hablando de una historia que pone sobre la mesa temas tan atractivos como la diferencia cultural, el racismo, el adulterio, los embarazos no deseados, los celos y la virginidad. Pero a la hora de la verdad todos decepcionan, porque ‘La gran boda’ supone una sucesión de escenas donde dichos actorazos se limitan a sonreír cuando ven que sus problemas se solucionan casi por arte de magia. No se veía tanto talento inmóvil desde la comparecencia del Barça en el Allianz Arena.
De ahí que digamos que, sin estos actores, esta película jamás se hubiera rodado. O quizá, haciendo un ejercicio de imaginación, sería muchísimo mejor. Tal vez este plantillón de actores ya no quiere meterse en problemas, o no puede verse en pantalla en según qué situaciones. Hay que reconocer que Justin Zackham coquetea con situaciones truculentas, e incluso se atreve con intuir una escena de sexo oral entre Susan Sarandon y Robert de Niro, pero al final todo resultan ser pellizcos de monja y provocaciones nivel: chiste verde a los postres de una boda.
‘La gran boda’: Conclusión
Se dirá que con‘La gran boda’ al menos hay una película para el público mayor, el más vilipendiado en esta industria llena de films para adolescentes. Siendo eso cierto, si lo mejor que puede ofrecer Hollywood a ese target es una película como ésta, más de un paisano dirá que se queden haciendo más “Iron Mans”, porque “esta boda” aburre a todo el que la ve, tenga la edad que tenga. Y al primero, a su director, que la acaba a los ochenta minutos y dejando tramas sin cerrar. Inaudito.