“300” (Zack Sneyder, 2006) fue una de esas películas que marcan época. Resucitó un género que languidecía, redefinió el estilo visual del género de acción y dejó frases que lo mismo valen para un teaser que para que las twitee Arbeloa. Un aplastante triunfo pop. Ocho años más tarde llega su secuela, con la ambición de igualar a su antecesora y, acaso, superarla. ¿Lo habrá conseguido?