Es un placer impagable disfrutar la genialidad de Garci. Un tipo que hace cine como los grandes clásicos, que impregna sus planos en la historia del celuloide con un implacable blanco y negro, y que le dice a Hitchcock y a Howard Hawks que en Madrid también hay maestros del cine. Esta es nuestra crítica de El crack cero, perteneciente a la trilogía El crack.