Crítica de la película Te quiero imbécil
Llega a las pantallas la nueva comedia romántica protagonizada por Quim Gutiérrez y dirigida por Laura Mañá, la película Te quiero imbécil. Una propuesta que nos acerca a la era donde prima ligar a través de las redes sociales. Ya podéis leer nuestra crítica de Te quiero imbécil.
A Marcos (Quim Gutiérrez) lo deja su novia, le echan del trabajo y vuelve a vivir con sus padres el mismo día. Decide cambiar y mejorar su situación, pero para ello recurre a Internet…
Hace poco comentábamos en la crítica de otro reciente estreno (Cerca del Horizonte, Tim Trachte, 2019) que, pese a sus clichés, su historia estaba muy bien narrada. Sus personajes principales tenían conflicto y eso hacía que te interesases por la obra y siguieras a los personajes.
Pues por desgracia, con la película Te quiero imbécil no ocurre lo mismo. Es una película que parte de una premisa interesante. Nos presenta una situación que se vive con bastante frecuencia en la actualidad, concretamente en las personas en torno a los 30 años abrumadas por las redes sociales y el culto a la imagen para obtener likes, pero que falla a la hora de narrárnosla. Empezamos con nuestra crítica de Te quiero imbécil.
Y falla por una serie de motivos. El primero de ellos, que nos cuenta, no nos muestra. Es una película que te dice lo que está pasando. No conectamos con un pardillo como puede ser el personaje de Quim Gutiérrez porque así es su personaje, lo sabemos porque nos lo dicen.
Su temática está tan externalizada que nos deja totalmente fuera de su narrativa. En vez de buscar la forma de contarnos una historia que nos haga reflexionar, pretende darnos con la reflexión de bruces para que tengamos claro de qué va la película y qué quiere criticar. No hay storytelling, no hay drama con el que conectar, solo un personaje principal al que le ocurren cosas. Te quiero imbécil termina resultando tediosa y, pese a un par de golpes simpáticos de humor (y a Ernesto Alterio por encima de todo) no consigue engancharte ni para pasar un buen rato.
Es una lástima porque esta temática no puede ser de más actualidad y se podrían haber hecho diferentes aproximaciones del tema a las que se le podría haber sacado mucho más jugo. Todo ello sin tener que abandonar la comedia, pero, como hemos referido, la película Te quiero imbécil está tan preocupada por dejarte claro que la manera superficial de ver las cosas hoy en día es negativa, que la propia película se queda en la superficie de la narrativa. Y la superficie no da para mucho más.
Quim Gutiérrez adopta un papel pasivo, por lo cual de su interpretación no podemos sacar nada más que su postura cabizbaja y al final sus pequeñas dotes de baile. Por el contrario, Natalia Tena sí parece pasárselo mejor con su personaje, sacándole el jugo que puede durante su minutaje. Otros miembros del reparto como Alfonso Bassave o Patricia Vico cumplen bien sus roles secundarios y la guinda se la lleva Ernesto Alterio que, como relief cómico, es inmejorable.
En conclusión de la crítica de Te quiero imbécil decir que es una comedia que falla en lo más básico de cualquier película: contarte una historia que te enganche. Aunque intenta tener crítica social, se queda a las puertas de conseguirlo.
Esta entrada fue modificada por última vez en 15 mayo, 2020 14:10
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Fui a verla con mi hijo de 13 años. Vimos el trailer y nos apetecia verla. Quien marca la edad??? Marca para mayores de doce.... NO ESTOY DE ACUERDO!!!!! Entre el vocabulario y las escenas se me hizo eterna por lo incómodo que estaba el niño.