El autismo está de moda, y el síndrome de ‘Asperger‘-hola Sheldon Cooper-, uno de los tantos espectros del autismo, debe ser lo que más mola ahora en el mundo audiovisual. Bill Dubuque, guionista de El Juez, se ha encargado de convertir un trastorno neuro-biológico en la picadura de una araña radiactiva. Una opción imaginativa que un principio es hasta atractiva que sin embargo acaba sepultada por tramas, investigaciones, pasados del protagonista, conflictos familiares, flirteos absurdos… Un “vamos a meter de todo para que el espectador se quede flipando con el final”. Y sí, ciertamente el espectador se quedará anonadado de la insondable profundidad de una película que salta del estereotipo del insondable asesino, al estereotipo del implacable agente de la policía, al estereotipo de…
El contable, interpretado por un divertido Ben Affleck (Batman v. Superman, 2016. Perdida, 2014) -resulta divertido por los comportamientos fuera de lugar de dicho trastorno-, es un intento de crear una buena película que lo contenga todo. Algo loable, lleno de buenas intenciones, cuyo resultado es una aberración conglomerada de forzados retales. Un monstruo de Frankenstein difícil de intuir hasta que llega a estar cosido, “cerebrado”, y puesto en marcha con miles de voltios.
Cada excelente actor que participa en esta película de acción y crimen tiene su propio apartado en la trama general, siendo el personaje protagonista Christian Wolff (Ben Affleck), el único presente en todas. Anna Kendrick (Dando la nota, 2012) contiene el apartado romántico, por nombrarlo de alguna forma; J.K. Simmons (Una madre imperfecta, 2016) y Cynthia Addai-Robinson (Arrow) viven en una trama paralela para en busca de El Contable; Jon Bernthal (Yo, Él y Raquel, 2015) aparece como el antagonista total, un infalible asesino; y John Lithgow (Interestellar, 2014) es una excusa que dura toda la película; Jeffrey Tambor (R3sacón, 2013) un detonante mal explotado y Andy Umberger (Los Elegidos, 2013) un recuerdo justificativo del personaje principal.
Todo está hecho de manual -un correcto manual por lo menos- para crear y dar forma a una criatura tan polivalente como tediosa. Crear un personaje que tiene un trastorno cuyo rasgo principal es la falta de empatía y mostrarlo constantemente al margen de la humanidad (en sus acciones, en su trabajo, en sus relaciones) puede llegar a ser letal para la audiencia. Más aun cuando el cine actual está plagado de Jasons Bourne, Jasons Statham, Vin Diesels, incombustibles Etahn Hunts, reincidentes Stallones… y eso sin nombrar a los inhumanos super héroes de Marvel y DC y otros tantos héroes menores que siguen sumándose al panorama cinematográfico (¡qué alguien tape el agujero!).
El director Gavin O’Connor (Warrior, 2011), cumple con su trabajo para presentar a este héroe y su tedioso trabajo -“asesinocontable”- con la sofistificación requerida. Un logro importante en la realización en la que ya no sobresale nadie porque, no sé si debido al nivel de medios disponible, o a la sobresaturación del cine de acción, todo el mundo parece tener el mismo certificado de excelencia. Una condecoración tan extendida que al final -pobre hombre- no viene a significar nada más que “esta bien rodado”.
El contable parece querer basarse en la premisa siguiente para desarrollar el típico guión de género policiaco-criminal: ¿Qué pasaría si alguien como Sheldon Cooper (el famoso personaje de la serie Big Bang Therory), hubiera sido encaminado para ser un asesino infalible? Algo que un principio puede resultar interesante, curioso y prometedor que acaba por derivar en la simple justificación para construir un personaje infalible y de la humanidad.
Fuera quedan interesantes posibilidades que estoy seguro están basados en personajes reales -como una mujer totalmente autista que sólo es capaz de comunicarse a través de medios electrónicos- para dotar a la historia de una auténtica profundidad que enganche a la saturadísima audiencia. Sí, El contable es entretenida. Sí, el contable está bien realizada. Sí, tiene buen reparto… Pero a no ser que tengamos una inusual memoria eidética, nuestro cerebro, con magnífico criterio, desechará la idea de un segundo visionado.
Esta entrada fue modificada por última vez en 24 febrero, 2017 12:08
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¿De dónde has sacado que los autistas no tenemos empatía y hasta lo llamas nuestro principal rasgo? ¿No nos estás confundiendo con los psicópatas? Pareces no tenerla tú, al comparar un personaje aspi con el monstruo del Dr. Frankenstein, además de dejar ver mucha ignorancia al respecto. Por ejemplo, lo de la chica que no habla se llama autismo no verbal, no «mujer totalmente autista».
¿De dónde has sacado que los autistas no tenemos empatía? ¿No nos estás confundiendo con los psicópatas? Pareces no tenerla tú, al soltar semejante comentario discriminador, además de dejar ver mucha ignorancia al respecto. Por ejemplo, lo de la chica que no habla se llama autismo no verbal.
si te gusta que te contradigan la verdad lamento complacerte. pues me ahorre leer toda tu critica vacía. simplemente deberías informarte mas al respecto en cuanto a la psicología. De lo contrario reservate de opinar pues opinar y criticar sin saber ni informarse si parece una moda al contrario de ser Aspi.