Imagen de 'Vivir sin parar'

Crítica de la película: “Vivir sin parar”. El esfuerzo vital

El actor cómico Dieter Hallervorden se pone en la piel de un anciano corredor de maratón en esta tierna película alemana que le valió el premio al mejor actor protagonista en los galardones de su país. Una historia de superación con la intención de remover los corazones.

Sinopsis de la película: “Vivir sin parar”

Paul Averhoff (Dieter Hallervorden) fue una leyenda como corredor de maratón. Ahora tiene más de 70 años de edad y vive con su esposa Margot (Tatja Seibt) en un hogar de ancianos donde para entretenerse solo puede apuntarse al coro o las clases de manualidades. Ante tal situación, decide calzarse sus viejas zapatillas y comenzar a entrenar para poder correr en la maratón de Berlín. Esto le traerá más de un problema en la residencia.

Cartel de la película 'Vivir sin parar'
Cartel de la película “Vivir sin parar”

Crítica de la película: “Vivir sin parar”

De vez en cuando, y más a menudo de lo que debería, el cine europeo se afana en regalarnos películas pensadas para atraer al espectador de edad avanzada, que lejos de violencias e historias más cercanas a la evasión -ya sea en forma de fantasía, comedia o simple e inocente inverosimilitud- abrazan el drama como único género capaz de satisfacer a este público que puebla los casi extintos cines monumentales y salas de versión original, evitando el triste modelo de las multisalas de centro comercial.

Imagen de la película 'Vivir sin parar'
Imagen de la película “Vivir sin parar”

Con estas reflexiones, el espectador se enfrenta a “Vivir sin parardel germano Kilian Riedhof con el sentimiento de la desesperación ante la perspectiva de que nuestra vida nos conduce a un retroceso en nuestras capacidades, tanto físicas como mentales. Quizá la perspectiva de la edad sea un elemento capital en la valoración de la cinta, pues los más mayores, puede que la perciban como un “feel good film” al uso, siendo esta sin dudad la intención última de la misma. Sin embargo, en el espectador de menor edad, aflorarán sentimientos de desasosiego, tristeza e incluso desesperación al ver como un hombre que aún se siente útil está rodeado de compañeros y situaciones que invitan al suicidio, o a esperar que la muerte llegue pronto a su encuentro. Así, la historia nos muestra un grupo de ancianos, a cada cual más pintoresco y caricaturesco, divididos en dos grupos diferenciados, los muy buenos y los muy malos. Aquí no hay lugar para el término medio. Por supuesto, dado el carácter “positivista” del guion, los buenos son mayoría.

Kilian Riedhof en la película 'Vivir sin parar'
Kilian Riedhof en la película “Vivir sin parar”

A pesar de un guion irregular, falto de ritmo en algunos tramos y con un desenlace más que previsible, la cinta cuenta con virtudes como la interpretación del reputado actor cómico alemán Dieter Hallervorden y la de Tatja Seibt, que adopta el rol su mujer, siendo la más desgarradora de la propuesta. La dirección de Riedhof se centra en el mimo a los actores, optando por una realización sobria en la forma. Mención especial merece la notable composición de Peter Hinderthür, que aunque demasiado emotiva para lo que se cuenta no deja de ser interesante.

“Vivir sin parar” es una película pensada para aquellos que piensan que la tercera edad no es el final. Los optimistas quedarán satisfechos; para el resto es posible que esta no sea su mejor opción.

Estreno de la película: “Vivir sin parar”

DIRECCIÓN
6.5
GUION
6
INTERPRETACION
7
Reseña de lectores10 Votos
4.4
Lo mejor
Las interpretaciones de Dieter Hallervorden y Taja Seibt
La música
Lo peor
Lo estereotipado de los personajes
Que sea un propuesta para un público tan acotado
6.5