Con un guión irreverente de talante vitriólico; obsesivamente neurótica, y una propuesta narrativa tan sencilla como estimulante, llega a nuestros cines la anti-comedia romántica La boda de mi ex. Más cerca del artefacto cinematográfico que de los cánones propios del género. Toda una sorpresa, vaya. Un placer inconfesable. Tranquilo, quedará entre nosotros ¿vale? No se lo contaremos a nadie.