Tras sorprender en el festival de Sundance llega Hereditary. Esta película de terror es una de las llamadas a ser una de las más importantes del año dentro de su género. Un historia contadas muchas veces pero vista desde otro prisma. Analizamos los pormenores de la película de Ari Aster.
Hereditary es de esas películas que te hacen reconciliarte con un género que siempre te decepciona y en el que pocas esperanzas albergas. Su historia, no pocas veces vista, se presenta desde una madre que no puede soportar el dolor. Mientras el hijo de esta, también sufre porque tiene que cargar con la culpa. Un tema, la culpa, que es el pilar fundamental donde todo el relato se sustenta y del que parten las intenciones del guion de Ari Aster, que se esfuerza en ir cociendo a fuego lento todas las circunstancias que van a desembocar en un final de esos que son difíciles de olvidar.
El propio Aster construye una puesta en escena muy interesante, mostrando esas analogías entre la vida real y la que construye en miniatura la atormentada protagonista. Los elegantes travellings laterales se consolidan como marca personal de este director. Con su ópera prima ha demostrado que se puede tener personalidad dentro de un género tan manido como el terror. De esta forma logra plantarle cara a profesionales consagrados como James Wan.
Su mayor acierto, más allá de su buen hacer tras la cámara, es llevar al espectador a un lugar profundo de su psique; algo difícil de explicar que se experimenta durante el visionado del film, a lo que se suman algunas escenas verdaderamente perturbadoras que convierten Hereditary en una de las películas más estimulantes del año.
Aquellos espectadores que esperen los consabidos sustos adornados por apabullantes decibelios deben saber que esto es otra cosa. Aquí el sufrimiento es mucho más profundo, más ligado a los personajes, a los que el guion les dedica bastante tiempo de desarrollo. Así hace que que el público empatice irremediablemente con los personajes. De ahí nace un miedo que se va a desarrollar, sobre todo, en el último tramo de la historia.
Por tanto, más que gritar ante los sobresaltos, el espectador debe estar preparado para resistir a una batería de imágenes que se le van a quedar grabadas en la retina durante mucho tiempo, descubriendo que Ari Aster está mas cerca de un cineasta como el primer Polanski que de otros más efectistas.
A nivel técnico, tanto la fotografía como la música consiguen crear una atmósfera malsana de la que cuesta desprenderse al abandonar la sala. En especial, la banda sonora de Colin Stetson llega a machacar los tímpanos con sus recurrentes zumbidos y sonidos de fondo que recuerdan al cine de Lynch.
El reparto está encabezado por Toni Collette, actriz de sobrada solvencia y con experiencia en el género, que nos brinda una interpretación totalmente desgarradora y terrorífica en sus últimas consecuencias. La secunda el buen hacer del siempre correcto Gabriel Byrne junto a Alex Wolff y la verdadera revelación de la cinta, la joven Milly Shapiro; todo un descubrimiento salida del teatro musical, presentado todo su arsenal interpretativo en su debut cinematográfico.
Hereditary es posiblemente la película de terror del año. Su planteamiento, el desarrollo de los personajes, lo estremecedor de algunas de sus escenas y el buen hacer de Ari Aster la convierten en una imprescindible. Recomendada para aquellos que busquen emociones fuertes con una historia interesante detrás.
Esta entrada fue modificada por última vez en 17 diciembre, 2021 13:08
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