Los hermanos Kray (Ronnie y Reggie), dos famosos ex boxeadores que reconvertidos a gangsters llegaron a tomar el control de la ciudad de Londres alcanzando una fama digna de estrellas del pop, vuelven a protagonizar una película. Bajo el título de Legend (2015) llega el segundo biopic de la semana, junto con Joy, y prácticamente se podrían sacar las mismas conclusiones finales, salvando las distancias entre esta y la cinta de David O. Russell: el guión carece de solidez y hace naufragar al espectador entre un conflicto y otro, haciéndole partícipe de la trama simplemente como mero observador; Tom Hardy es el absoluto protagonista de la cinta, por méritos propios, y hace que su visionado sea disfrutable y hasta necesario.
El director Brian Helgeland no ha sabido darle la intensidad y la dimensión que precisaba una historia tan particularmente espectacular como la de estos dos hermanos. Gangsters, sí, pero más admirados y con mucho más poder que los políticos de su época. Su paso por la cárcel… tan sólo un paseo para seguir agrandado la sombra infinita que sus figuras causaban en la sociedad británica de los 60 y 70. Venta de reportajes en revistas, fiestas privadas con famosos, participación en programas de televisión, dueños de los pubs más exclusivos de Londres… todo ello fue poco a poco convirtiendo a Los hermanos Kray en un auténtico icono, mientras como no, mantenían extorsionado y bajo amenaza a medio Londres. Eso si, la excusa era buena, por lo menos para ellos, darle una mejor vida a su queridísima madre (figura maternal que para ellos era más que devoción, obsesión).
La historia real que sustenta Legend (2015) es suculenta y tentadora para cualquier director. Sin embargo, Brian Helgeland no ha sabido atrapar al espectador en la truculenta historia de estos dos hermanos, algo que no era complicado visto lo visto. Falta sexo -se habla de que llegaron a mantener relaciones entre ellos dos-, orgías, locuras, desparrame, alcohol, drogas, dinero y violencia, mucha violencia. El viaje de delirios y grandezas se queda a mitad de recorrido ¿y hay algo peor en cine? La cinta nos da pequeñas pinceladas de lo que podría haber sido una gran apuesta en este 2016 con escenas como la de la pelea entre Ronnie y Reggie (Hardy vs Hardy); la de los dos hermanos enfrentándose a una banda rival en un bar; y la entrada en prisión del hermano mayor.
Principal problema de Legend (2015) su guion, el cual no llega a profundizar en ningún aspecto de la trama, ni siquiera en el que parece su motor principal: la tormentosa relación de amor-pasión-odio entre Reggie Kray y su mujer, Frances Shea. Muchos acontecimientos relatados pero poca profundidad en los diálogos de los personajes, haciéndoles carentes de desarrollo y peso.
El gran acierto de Legend (2015) es su protagonista Tom Hardy, que brilla en la ardua tarea de darse la réplica a él mismo. Todo un acierto de casting desde luego y de posterior trabajo por parte del actor. Literalmente, Hardy se come la pantalla. Sus cambios de registro interpretando a Ronnie y Reggie son simplemente magistrales. Uno el tipo duro, el canalla, el dandy con el que todas las féminas sueñan, con cierto halo de misterio y un toque sensible. El otro, un tipo peculiar, con alardes de locura y grandeza envueltos en un extraño placer por revelar continuamente su orientación sexual. Hardy te sales, y lo sabes.
Esta entrada fue modificada por última vez en 9 enero, 2016 23:14
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Muy buena película. Tom Hardy maravilloso. Dos hermanos de
personalidades tan disímiles interpretados con una maestría que
asombra. Para recomendar.
¿Acaso una película tiene que tener sexo y violencia para ser buena? Con lo poco que mostraron de golpes y puñaladas me parece que demostraron que eran mafiosos.
Por otra parte, Tom Hardy, para sacarse el sombrero.
Qué manera de arruinar cualquier película con el doblaje! En lugar de colocar subtítulos, en los que no se pierde nada de una parte fundamental del arte cinematográfico que es el propio lenguaje de los actores. Es un atraso esto del doblaje.