Llega a nuestras pantallas ‘The D -Train’, la nueva película del histriónico actor Jack Black en una historia que se encuentra a caballo entre la comedia y el drama.
Dan (Jack Black) es el autodenominado presidente del comité de antiguos alumnos de su instituto. Sin popularidad y poco querido por sus compañeros, encontrará la oportunidad de cambiar su estatus cuando reconoce al compañero más popular de la escuela en un anuncio (James Marsden). Dan intentará convencerle para que asista a la próxima reunión, lo que le llevará a vivir situaciones alocadas no previstas.
Jack Black se ha convertido en ese actor que intenta caer bien con comedias sin pretensiones y que hace gala de una sobreactuación que en esos contextos puede funcionar, pero que cuando se acerca al drama resultan cuanto menos cargantes. The D-Train nos presenta quizá, la versión más contenida de Black, representando una historia que no encuentra el camino que quiere seguir, y que provoca el desconcierto en el espectador al no saber si reír o llorar.
La película, tampoco presenta un concepto nuevo con es la dramedia, pero sí que hace un ejercicio irregular que desde el inicio del relato estafa deliberadamente al público, tanto desde el libreto como con la realización, que se nos presenta como la típica puesta en escena de comedia americana con temas musicales incluidos, para terminar con un agridulce desenlace que en la última secuencia se convierte en un anticlímax que pretende regresar a los derroteros iniciales.
El guion no maneja bien el equilibrio entre las situaciones, con una primera mitad con tintes de comedia alocada y buddy movie entre sus dos protagonistas; para en la segunda mitad, convertirse en un drama que resulta ser un coitus interruptus de la carcajada, sintiéndonos tan apagados y depresivos como el personaje protagonista. Esto puede no ser necesariamente malo , pero el espectador medio casi seguro lo vivirá como una desfalco, ante lo que prometía ser una comedia de entretenimiento puro y ha resultado ser la venganza moral del niño gordo con el que nos metíamos en el colegio.
Sorprende ver a Jack Black más contenido que nunca en un papel que le hace reivindicarse como intérprete más allá de la colección de muecas a las que nos tiene acostumbrados, aunque esto no evita que de vez en cuando vuelva a sus molestas manías gestuales. Su compañero de fatigas James Mardsen, también da el pego con un papel en el que encaja a la perfección, siendo la química que comparten ambos actores lo que mejora notablemente el irregular conjunto. Jeffrey Tambor, que interpreta al jefe de Black y flamante ganador del Emmy, muestra una vez más sus buenas dotes cómicas, echándosele de menos en más producciones cinematográficas.
The D-Train es desconcertante y a pesar de sus virtudes, sobre todo el cambio de registro de Black y algunos momentos de carcajada como la trama del hijo adolescente, resultará una película que el público no acabará de comprender y seguramente dé de lado. Haber inclinado la balanza hacia el drama o la comedia hubiese sido definitorio para su comprensión, aunque el esfuerzo de Jack Black bien merece una oportunidad.
Esta entrada fue modificada por última vez en 25 septiembre, 2015 17:16
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Es bueno darle una oportunidad a Jack black, así que hay que ver la película, toma tus palomitas , y listo.