Alice es farmacéutica, joven y atractiva. Desde muy joven siente una absoluta devoción por Woody Allen. Alice se mantiene soltera al no haber encontrado aún a su alma gemela, a pesar de que su familia se empeña en encontrarle pareja a diestro y siniestro. Un día, de repente y sin previo aviso, conoce a Victor, profesional de las alarmas de seguridad. Él se enamora enseguida pero ella necesitará de los imaginarios consejos de Woody Allen para intentar convencerse de que, tal vez, se haya enamorado.
La cineasta Sophie Lellouche se propone con Paris-Manhattan realizar un homenaje al cine de Woody Allen, figura que adora desde que descubrió su célebre film ‘Hannah y sus hermanas’ (1986) y a la que ha sido fiel desde entonces. Se sirve para ello de la historia de Alice (no por casualidad nombra a su protagonista como una famosa heroína de la filmografía de Allen, encarnada por Mia Farrow en la película homónima de 1990), una farmacéutica absolutamente fascinada por el neoyorquino, sin demasiada suerte en el amor y que toma su cine como guía para la vida.
El guión de Sophie Lellouche se sirve de diversos clichés y lugares comunes del cine de Allen, que podemos encontrar en un sinfín de momentos. Por ejemplo en el recurso del diálogo imaginario con el póster (inspirado en ‘Sueños de un seductor’ [1972]), o en las constantes referencias a ‘Hannah y sus hermanas’, ‘Manhattan’ (1979) y a ‘Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar’ (1972). La cinta se limita a coger elementos de aquí y de allá de las películas más famosas del cineasta neoyorquino sin complicarse demasiado. Sophie Lellouche tan sólo consigue, en este sentido, una historia tejida a través de un batiburrillo de situaciones de sobra conocidas por los acérrimos del cineasta. En ‘París-Manhattan’, y ahí radica uno de sus principales problemas, la autoría de Sophie Lellouche brilla por su ausencia, mientras que la sombra de Woody Allen resulta demasiado alargada.
Más allá de algún aislado momento divertido, la gran debilidad de ‘Paris-Manhattan’ es la incapacidad por parte de su realizadora de construir personajes más sólidos, así como situaciones que traspasen la intención de crear la típica comedia romántica previsible y sensiblera. El resultado es una cinta algo elemental que no se sostiene por mucho tiempo (afortunadamente no supera los 77 minutos de metraje, pero aún así se encuentran subtramas que no terminan de encajar con la historia principal, como la supuesta infidelidad del cuñado de Alice. Y se echa en falta que otros asuntos se expliquen mejor). Inevitablemente, los desequilibrios de la cinta consiguen alejarla de un mínimo interés. No encontramos más que a unos actores danzando a las órdenes de una cineasta que no sabe extraer lo mejor de ellos, sobre el fondo de una historia a la que le falta gancho y fuerza. Una lástima.
Esta entrada fue modificada por última vez en 27 noviembre, 2014 11:04
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