Crítica de la película “Los pingüinos de Madagascar”: esta Navidad, ¡me pido un pingüino!

¿Se puede ser más “cuqui” que un pingüino? Estos cuatro amigos llegan dispuestos a demostrar que además son unos increíbles agentes supersecretos. ‘Los pingüinos de Madagascar’, divertida apuesta de DreamWorks de cara a las navidades.

“Los pingüinos de Madagascar” – Sinopsis de la película

Capitán, Kowalski, Rico y Cabo vuelven a reencontrarse con un viejo enemigo, el Dr. Octavius Brine. El único objetivo de este malvado pulpo gigante es acabar con la “monería” innata en todo pingüino y transformarlos en unos horribles monstruos para que así nadie más les haga carantoñas en los parques zoológicos.

“Los pingüinos de Madagascar” – Crítica de la película

Todo buen personaje de animación merece su spin-off, lo malo es que no siempre el resultado de esa aventura en solitario viene dotada de tanto carisma y energía como lo hacía en su predecesora. En el caso de la casa DreamWorks -la que nos ocupa- su más reciente batacazo en esta índole fue en el pasado 2011 cuando llegó a la gran pantalla ‘El gato con botas’ (carismático personaje de Shrek), que perdía todo el salero y desparpajo dejando al público perdido en el insabor de “lo que pudo ser y finalmente no fué”. Así pues, tras más que un otro chasco cinematográfico de este tipo, el temor al anunciarnos el spin-off de “Los pingüinos de Madagascar“ era más que justificado… pero ¡aún hay esperanza para este subgénero! Tras salir del pase de prensa la sensación que dejan estos cuatro pingüinos en el cuerpo es de un “buen rollo” sensacional y de unas enormes ganas de adoptar un pequeño pingüinito como mascota casera.

En los títulos de crédito de “Los pingüinos de Madagascar” comprendes el por qué de este gran acierto. Los guionistas que firman la cinta de animación (Michael Colton y John Aboud) son los mismos genios que idearon ‘Megamind’ (2010), un título que particularmente me encanta por la inteligencia con la que es llevada a la gran pantalla la eterna lucha entre el bien (Metroman) y el mal (Megamind). Ese mismo tono inteligente han sabido trasladarlo a la aventura que viven en la cinta nuestro cuatro amigos pingüinos, eso sí, con algo menos de originalidad pero si perder un ápice de chispa en cada uno de sus gags.

Capitán, Kowalski, Rico y Soldado son la verdadera “chispa” de “Los pingüinos de Madagascar”. Cuatro pingüinos que desde la “cuna” deciden diferenciarse del resto -monos y cucos saliendo en simples documenales de National Geographic- para formar su propia agencia de agentes secretos, involucrados en grandes misiones de élite. Y es que si algo demostraban estos cuatro “amiguitos” dentro de una ya agotada saga de ‘Madagascar’ -su tercer entrega ‘Madagascar 3: De marcha por Europa’ lo dejaba más que evidente- es que eran unos estupendos personajes secundarios, capaces de robar protagonismo a un león, a una cebra o cualquier otro animal del zoo.

La única pega que se le puede poner a “Los pingüinos de Madagascar” es el poco riesgo de la trama. El Dr. Octavius Brine no llega a ser el villano malo malísimo que pretende ni mucho menos. Muy alocado sí, pero poco carismático -algo indispensable en este tipo de personajes-. El grupo de aliados Viento del Norte tan poco está para “tirar cohetes’. Sosos, muy sosos, estarás deseando que terminen su escena y que vuelvan a entrar los pingüinos en acción.

Por lo demás, con “Los pingüinos de Madagascar” pasarán un buen rato tanto adultos, gracias a los gags cómicos y al buen ritmo con el que transcurre la trama no se hará pesada en ningún momento, como niños, público al que claramente está dirigida la propuesta.

“Los pingüinos de Madagascar” – Trailer de la película