El 30 de noviembre llegó a nuestras salas de cine Cadáver, una nueva película de terror focalizada a un público adolescente, adictos a los sustos. La distribuidora Sceen Gems, conocida por la saga Resident Evil, nos adentra en una atmósfera sobrenatural, donde un demonio intenta abrirse paso en el mundo de los vivos.
Megan Reed (Shay Mitchell) es una ex policía que tuvo problemas con las drogas y el alcohol. Gracias a la ayuda de Lisa (Stana Katic) consigue un trabajo en la morgue de un hospital en el turno de noche. Una de las primeras noches llega un cadáver al hospital, brutalmente asesinado, y comienzan a ocurrir sucesos sobrenaturales que Megan es incapaz de comprender.
Cadáver, o The possesion of Hannah Grace en inglés, es otra película de terror fallida, predecible y poco ambiciosa.
Para empezar, la historia no aporta nada nuevo y es insostenible desde el principio hasta el final. Nos hayamos frente a un demonio que habita en un cuerpo aparentemente muerto que busca la manera de abrirse paso. Es una trama recurrente en estas películas del género y lo único que la diferencia del resto en este aspecto es que la acción ocurre en la morgue de un hospital.
En cuanto al terror o miedo que transmite la película es nulo. El director consigue crear algo de tensión en algunas escenas, pero nada más allá de lo que nos ofrecen películas similares como La Monja. Cabe mencionar también que en los momentos que el demonio hace presencia, el director es incapaz de narrar las atrocidades que realiza, y dichas escenas se convierten en momentos cómicos para el espectador.
En contraste con lo anterior, la película tiene una gran estética y una atmósfera realmente espeluznante. La localización en la que nos encontramos ya nos causa pavor de por sí, pero gracias a la iluminación y el diseño de producción nos encontramos en un ambiente frío e inhóspito.
Otro rasgo de la película que es discordante son los personajes. A pesar de que la protagonista está bastante definida, todos los demás son planos y no tienen ninguna trascendencia en la película. En general, las conexiones entre todos ellos son bastante absurdas, ya que la película comienza con la acción sin dar ningún perfil claro de los personajes. Al transcurrir los minutos de la cinta empezamos a descubrir algo más sobre los personajes, pero solamente nos enseñan la punta del iceberg y es imposible conectar con ellos. Además, los datos y anécdotas que narran estos, se cuentan en los momentos donde la tensión es notable o nuestra atención está en otro punto, por lo que no nos causan gran interés.
Por último, la música y los sonidos empleados en la película son realmente espeluznantes y son los principales causantes de la tensión. Cabe resaltar los efectos de sonidos del cadáver al moverse, ya que son realmente espantosos y consiguen calar en nuestras cabezas. También añadir que el silencio durante toda la película es notable y gracias a él, conseguimos adentrarnos en la misma atmósfera que nuestra protagonista Megan.
En conclusión, Cadáver es una película que pese a tener una idea bastante interesante, no consigue aportar nada nuevo al género. Una realización bastante pobre y una historia poco ambiciosa y mal desarrollada son los causantes de otra película fallida del cine de terror.
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