Segundo intento de adaptación de la saga de videojuegos del estudio IO Interactive con el televisivo Rupert Friend en la piel del letal Agente 47. Una película donde lo visual prima sobre un guion confuso.
La grandeza del pintor holandés no tiene suficiente espacio en un film que se centra en su compleja y enigmática mente haciendo que echemos de menos toda esa hermosura y fascinación que desprenden sus cuadros. A pesar de todo, Willem Dafoe consigue que empaticemos y comprendamos un poco mejor a este artista eterno en: Van Gogh, a las puertas de la eternidad.