Fútil, vacua, una oda (no premeditada) a la frivolidad del proceso artístico y a los demonios que lo envuelven. El resultado acaba siendo una mera caricatura repleta de lugares comunes. La relación director (con hiper sensibilidad) y actriz protagonista (excéntrica y necesitada de cariño) provoca sonrojo, cuando no directa y absoluta vergüenza ajena.
Los hermanos directores Jean-Marie y Arnaud Larrieu hacen gala de sus interesantes formas narrativas y estilos con 'El amor es un crimen perfecto', una película a medio camino entre el drama y el thriller acertadamente aderezado con ciertos toques de humor y gran halo de sensualidad femenina.
Alban Ivanov, Benoît Poelvoorde, Félix Moati, Guillaume Canet y Jean-Hugues Anglade en El gran baño
Intento de comedia, francesa, ridícula y vergonzante, que no resiste el menor embite o reflexión seria – audiovisualmente hablando -; y cuyo disfraz epatante, pretende, una vez más, dar gato por liebre; cuando no directamente arrancar por la fuerza la mueca aquiescente del espectador conmocionado ante tal sarta de lugares comunes, arquetipos sobre-explotados, y ritmo denso de duración interminable. Tan sólo apta para catalépticos, convalecientes de ictus cerebrales o público medio Francés.