La ganadora de mejor película y mejor dirección en el pasado Festival de San Sebastián , es una película necesaria en el yermo, aunque suenen fanfarrias triunfantes que ya poca gente cree, arruinado , desbastado, y falto de argumentos singulares, panorama fílmico patrio. Es de agradecer que se dejen ver directores como Vermut, aunque a sus propuestas les cueste mucho alejarse del tufo a insuficiente. Tal vez también sea problema de nosotros, el público.