Es un tópico decir que las películas basadas en novelas son peores que su original. Aunque hay muchos ejemplos de lo contrario, (“La Naranja Mecánica” o “El Club de la lucha” sin ir más lejos) se tiende a pensar que están peor contadas y carecen de la magia de la página impresa (o kindleada). Eso sucede por culpa de films como “El niño 44”, cintas que fotografían la novela en la que están basadas, y dejan entrever una gran historia detrás, pero que se resuelven sin profundidad ni punch suficientes para satisfacer al espectador.