Crítica Villaviciosa de al lado: ¿La comedia de las Navidades?

Nacho G. Velilla dirige una comedia basada en hechos reales: El gordo cae en un burdel y los vecinos se encuentran con un dilema.

Crítica de la película ‘Villaviciosa de al lado’

Villaviciosa de al lado es una comedia regular, corriente, templada, con alguna que otra salida de tono que despierta la sonrisa, pero con el objetivo claro de contentar al mayor público posible. Es lo que en la profesión se suele denominar como “blanca”. Un “recomendada para todos los públicos” en toda regla. Es osada en la concepción y audaz en el punto de partida: Un pueblo en crisis -responsables directos son los chapuzas de sus representantes políticos-, se encuentra con la sorpresa de que el gordo de la lotería de Navidad ha caído en el municipio. Obviamente una noticia cojonuda para todos los que se hayan hecho con una participación con la salvedad, que donde hay que ir a buscar el premio, es el burdel pueblo.

Basada en hechos reales -“¡cómo somos!” que comentan los espectadores que ya la han visto según el director Nacho G. Velilla en la entrevista-, los afortunados en la vida real, jamás se acercaron al puticlub a reclamar su parte del premio. La noticia fue leída y el equipo de guión formado por Oriol Capel, David S Olivas, Antonio Sánchez y el mismo Nacho G. Velilla (todos guionistas de las series Buscando el norte, Aída y películas Que se mueran los feos, 2010 y Perdiendo el Norte, 2015) se puso manos a la obra para explotar tan jugosa propuesta.

La película empieza muy arriba, pues los protagonistas masculinos, son presentados de inmediato mientras llevan el pueblo a la ruina y se enteran de la noticia de lo del gordo. Ahí están implicados todos. El alcalde de derechas, el concejal populista (con coleta incluida), el vecino medio, el tonto del pueblo, hasta el cura. Ahora bien, cada uno tendrá un grado de implicación que el espectador podrá creer o no (casi todos dicen que pasaban por allí por casualidad, claro). También habrá alguno que, lo que son las cosas, no le va lo del putiferio. Acto seguido, las mujeres, las respectivas mozas de cada cual, acusarán el golpe y la imaginación del espectador quedará sobreexcitada debido a la multitud de posibilidades en las que puede derivar la película.

Sin embargo, aún intentando mantener el posible disparate -hombres buscando tretas para cobrar la pasta y mujeres en constante alerta por si su marido es un libertino-, el guión se enreda en una serie de subtramas, compuestas por una innecesaria carga de emotividad dramática, que lastrará ese absoluto desenfreno que el público podría desear ver. Esto humanizará a casi todos los personajes acercándolos la realidad pero a su vez aparecerán escenas que romperán el ritmo.

Del mismo modo, en el afán de representar a todo el espectro de la población en el pueblo, encontraremos personajes tan típicos, con trasfondos tan trillados -la chavala que se mete a puta por no tener recursos, el gay del pueblo que no ha salido del armario, el buenazo que se enamora de la primera pero está comprometido con otra, el desprecio a las putas del pueblo…- que será prácticamente imposible no anticipar el desenlace de cada uno, con lo que el desarrollo y desenlace de estas escenas tan sólo aportará minutos.

Aciertos, Villaviciosa de al lado, tiene muchos. El reparto está formado por lo mejor del panorama actual de la comedia española, Antonio Pagudo, Carmen Machi, Leo Harlem (que debuta en su primera película con buena nota), Goizalde Núñez, Yolanda Ramos, Carmen Ruiz… Una gran cantidad y calidad de actores y actrices que lo darán todo en sus respectivas escenas. Sin embargo Tito Valverde y Miguel Rellán, excelentes actores por supuesto, quedarán descolgados con sus personajes al representar a dos abuelos que comentan forzosamente la jugada de cada momento. Una lástima porque la idea, a pesar de ser buena, no casa lo más mínimo, quedando sus escenas de lo más impuestas.

La producción está a un gran nivel y todas las propuestas visuales funcionan a la perfección. Arriesga bastante tratando de emular géneros cinematográficos con la intención de provocar la risa pero, en alguna ocasión, la resolución de los mismos se queda en nada. Eso sí, el final de la escena momento musical a lo Nino Bravo, es tan inesperado como efectivo.

Conclusión ‘Villaviciosa de al lado’

En conclusión, Villaviciosa de al lado brilla allí donde se arriesga a innovar llegando más allá de la comodidad esperada -ahí está el claro ejemplo de las reuniones es clandestinas de los hombres en los lugares más insospechados para que no les pillen las mosqueadas esposas, o el momento desfase cuando estos se lanzan a cobrar el dinero de cualquier manera-. Mientras que peca de pacata -el personaje de Carmen Machi es para beatificar dos veces, una por su pasado y otra por su bondad con las nuevas putas- y antigua -hay una escena de pedos-, cuando no de previsible.

Luego, claro está, esto es una crítica basada en el parecer y la razón de un hombre que a penas a salido de la ciudad y que puede que esté tan urbanizado, a lo personaje de Belén Cuesta, que no sea capaz de disfrutar a fondo de las propuestas. Ustedes, el respetable, dirán. ¿Será o no será la comedia de las Navidades?