Críticas

Crítica de la película “Verano 1993”: Perfecta en todos los aspectos

Carla Simón dirige su primer largometraje, Verano 1993, en el que no sólo presenta una de las mejores películas españolas de los últimos años sino también un profundo ejercicio de amor al cine.

Crítica de la película ‘Verano 1993’

Puede parecer paradójico que me resulte difícil defender una película que me gusta y, por el contrario, extremadamente sencillo identificar lo que no me gusta de una mala película, ya que lo que gusta suele ser más fácil de defender. Pero siempre que veo una película que me entusiasma no puedo evitar que las ideas se agolpen en mi cabeza. No me permiten siquiera argumentar con fluidez –y mucho menos con racionalidad– los motivos de mi éxtasis cinematográfico. De todas formas, con el tiempo he conseguido tomar distancia e imponer un poco de lógica cuando desempeño el rol de crítico. Aún así, hay algunas películas que todavía me siguen desarmando de tal forma que me dejan sin palabras. Que me ocurra eso tiene que ser bueno porque será –imagino– lo que llaman la magia del cine.

Laia Artigas es una de las protagonistas de la película “Verano 1993”

Digo esto porque Verano 1993 es una de esas películas que me ha fascinado hasta tal punto que me ha hecho perder los papeles. No solo porque su rotundo triunfo en festivales alimentaba aún más el mito que me hacía esperarla con ansias, sino porque ha cumplido con creces las expectativas. Cada secuencia, cada diálogo, cada plano es un acierto absoluto, una declaración de amor al cine y, sobre todo, una gran historia.

En la cinta, Frida (Laia Artigas) tiene que ir a vivir con la familia de su tío materno cuando muere su madre. Alejada de la ciudad, en un pequeño pueblo, intenta adaptarse a su nueva vida y, sobre todo, enfrentarse al significado de la muerte a una edad tan temprana.

David Verdaguer y Bruna Cusí bailando en las fiestas del pueblo de la película “Verano 1993”

Uno de los aspectos que brilla con luz propia en la película es la interpretación. Todo el reparto borda su papel, pero gran parte de la responsabilidad de que esta historia llegue tan lejos es de las niñas, Frida (Laia Artigas) y Anna (Paula Robles). En algunas escenas cuesta imaginarse como la directora ha sido capaz de llevar hasta tal punto de brillantez el desenvolvimiento de unas niñas de tan corta edad.

Sin grandes artificios ni alardes, Verano 1993 consigue colarse discretamente en el corazón del espectador gracias a la sinceridad con la que Carla muestra un tema que no solo es duro, sino también autobiográfico. Quizá por esa forma casi anecdótica con la que cuenta las cosas, como si no quisiera asustarnos, la historia comienza a fermentar en la cabeza una vez encendidas las luces del cine. Y creedme, puede ser más difícil despegarse de ella que de un chicle pegado a un zapato.

Laia Artigas y Bruna Cusí comiendo en el patio en la película “Verano 1993”

La película es, simple y llanamente, un ejercicio de honestidad. Parece difícil que a estas alturas alguien se atreva a desnudarse con una sinceridad emocional tan intensa. Con los efectos especiales, el 3D y las escenas imposibles a los directores se les ha olvidado ejercer su autentico rol, el de narradores. Por eso esta película tiene aún más valor, no solo porque Carla conduce un gran ejercicio de amor al cine –y a sí misma–, sino también porque pone en práctica la finalidad última del arte: sacar afuera lo que quema por dentro.

Isabel Rocatti y Laia Artigas en la típica escena familiar de la película “Verano 1993”

En definitiva, Verano 1993 es una cinta a la que le queda una larga vida por delante. Lo único que yo recomendaría, como crítico, sería que todo el mundo vaya corriendo al cine a verla. No solo porque será una experiencia más que enriquecedora sino también porque como toda gran experiencia resulta imposible describirla con palabras.

DIRECCIÓN
10
GUION
10
INTERPRETACIÓN
10
Reseña de lectores42 Votos
2.1
LO BUENO
La cotidianeidad con la que cuenta cosas tan importantes.
LO MALO
La dificultad para levantarse de la butaca después de semejante dosis de verdad.
10

Esta entrada fue modificada por última vez en 1 julio, 2017 18:45

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Carlos Barea

Carlos Barea (Granada, 1987) es graduado en Publicidad y Relaciones Públicas y máster en Escritura Creativa en la escuela Hotel Kafka. Ha colaborado con numerosos medios digitales especializándose en cultura LGTB, centrándose en el área de literatura y cine. Actualmente cursa el máster en Estudios LGTBIQ+ al mismo tiempo que prepara su primera novela.

Ver comentarios

  • De acuerdo con Alfredo....vaya bodrio. Parece que les ha dicho a las niñas ¨ venga niñas jugad un poquito que yo os grabo". Un 10? pero esto que es?? Y el cine lleno. MAdre mia-

  • Película monótona, lineal, que no saca una sonrisa plena ni tampoco te hace salir alguna lágrima. Otorgar una puntuación de 10 a este filme es un gesto atrevido. Mala en casi todos los aspectos, en la sala donde la vi (cines Balañá) en Gran Sarria Barcelona se levantaron de la butaca 6 personas a media película, y con razón. No es una película para el gran público. 1.5 de 5.

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