Crítica de la película Monos. Hormonas y metralletas

Llega una de las películas que más ha sonado en festivales de todo el mundo durante el pasado 2019: Monos. El director Alejandro Landes nos deja un arriesgado relato sobre la violencia con la que actúa un grupo de chavales llamados a formar una guerrilla. Os dejamos la crítica de la película Monos, la aclamada en festivales de medio mundo pero ¿será para tanto?

Crítica de la película Monos

Monos llega por fin a la cartelera española. Las expectativas están por la nubes tras el éxito que la tercera cinta de Alejandro Landes ha cosechado en los más importantes festivales de cine del mundo, tal como lo son San Sebastián, Sundance o Berlín. Pero ¿es merecedora de tantas alabanzas? Hoy lo descubrirás en nuestra crítica de la película Monos (2020).

¿La nueva Apocalypse Now?

Que la crítica internacional la haya comparado con películas como Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, es algo que a priori puede serle beneficioso a la hora de llevar gente al cine, pero a la larga también puede pasarle factura… y es que ¿en qué se parece Monos a una de las películas más icónicas de Coppola? Pues en nada más que algo meramente estético y que podremos ver hacia el tramo final de la cinta. Toda su semejanza se encuentra en que las dos tienen a sus personajes completamente pintados de negro, o recubiertos de barro, recorriendo la selva en sus escenas nocturnas.

Y es que uno de los verdaderos problemas de Monos será la expectación que se ha generado alrededor de la cinta. Sí, puede que te decidas por ella cuando llegues a la taquilla del cine este fin de semana, pero posiblemente salgas defraudado porque francamente no es para tanto.

Pero ¿de qué va Monos?

La película nos sitúa en lo alto de una montaña de la que parece ser Colombia, aunque el lugar no queda especificado en ningún momento del metraje. Allí un grupo de adolescentes reciben un duro entrenamiento de manos de la llamada “La Organización”. Son una guerrilla y su disciplina militar tiene que ser estricta y severa, sin importar que estos críos puedan encontrarse frente a frente con los mayores horrores para los cuales, es evidente, no están preparados a ningún nivel. Las misiones que tienen encomendada serán dos: cuidar de una vaca que les han dejado prestada y vigilar a una médico extranjera secuestrada (Julianne Nicholson) de la que parece están esperando cobrar un rescate.

De los jóvenes no conoceremos más que sus alias. Están desprovistos de todo, hasta de sus nombres. No hay pasado, ni familias, ni lugar para la nostalgia ni la niñez. Así comprenderemos rápidamente que a estos chavales, recién llegados a la adolescencia, les han arrebatado todo, haciéndoles creer que esa sería su nueva familia y que la guerrilla es el único camino en un país sumido en la pobreza y la violencia. Ese el caos emocional que viviremos en Monos y que el director intenta transmitirnos a través de la violencia visceral que poco a poco se irá apoderando del grupo de jóvenes.

La cruel realidad de algunos países latinoamericanos

Y es algo lógico por otro lado. Si a un grupo de chavales los alejamos de todo ser amado, les abandonamos en un monte, les arrebatamos cualquier ápice de inocencia, adiestrándolos -como animales- para torturar o matar sin miramientos entregándoles armas y pagándoles con alcohol… ¿qué conseguiremos? Máquinas humanas sin sentimientos ni moral, a los cuales cada vez les importe menos qué y cómo proceder si lo que está en juego es su propia supervivencia. Poco a poco comenzará en ese pequeño grupo una guerra interna por proclamarse el líder y con ello se desatará la violencia entre los propios componentes de la guerrilla.

La arriesgada apuesta de Alejandro Landes

Alabar la fotografía y localizaciones de la película, completamente espectaculares. La belleza de ambos trabajos chocará inevitablemente con la terrible realidad que Landes pretende mostrarnos en Monos jugando desde su arranque al desconcierto. No sabemos dónde se sitúa la acción, cómo han llegado ese grupo de chavales hasta esa situación, ni por qué tienen retenida a una joven médico, ni siquiera sabremos hacia dónde se dirigen cuando estalle el conflicto de la cinta. Sin duda el realizador ha tomado una decisión narrativa más que arriesgada. Y en esa duda basa el que pretende ser el inquietante pulso narrativo de la cinta.

Pero finalmente ni el ritmo ni el modo narrativo de Landes convencen. Es imposible sentirse identificado con ninguno de estos Monos. Falta información, diálogos, motivación y conflicto en una cinta donde lo único que mueve a sus personajes es la violencia por la violencia.

Opinión de la película Monos

Una narrativa ambiciosa, quizá en exceso, y un ejercicio para la reflexión sobre la violencia inculcada desde la niñez como modo de vida. La propuesta es interesante pero no llega a desarrollar con eficiencia ninguno de los temas que trata.

Trailer