Críticas

Crítica de la película “La hora del cambio”: Carcajadas de crítica social

Los humoristas italianos Ficarra y Piccone presentan la película “La hora del cambio”, una fuerte crítica de la situación política actual que consigue congelar las risas cuando el mensaje, ese que va disfrazado entre carcajadas, se acaba descifrando.

Crítica de la película ‘La hora del cambio’

Los buenos humoristas no son los que únicamente saben hacen reír. Son los que después de hacerlo consiguen que se congele la sonrisa. El humor, como toda expresión artística, debería tener una finalidad más allá de la evidente. Un buen ejemplo de esta forma de narrar, por no decir el máximo exponente en el cine español, es Berlanga. Recreó capítulos oscuros de la España de posguerra y la forma de ser del español costumbrista a base de situaciones absurdas y, sobre todo, mucha ironía. Si arañamos un poco más y nos vamos a temas menos sociales, pero más turbios, podemos hablar del extraño humor del británico Todd Solondz, que presenta un sinfín de personajes lumpen, perfectos para reírnos de ellos, aunque el perdedor de turno sea un pederasta o a una niña que sufre bullying.

Vincenzo Amato en una imagen de “La hora del cambio”

En este caso, La hora del cambio es una forma de actualizar el cine social contado desde el humor inteligente, al modo de Marco Ferreri o Rafael Azcona –salvando las distancias–. Así, la película consigue retratar la situación política de la Italia contemporánea que es, casualmente, muy parecida a la de nuestro país.

Salvatore Ficarra interpreta a “Salvo” y Valentino Picone es “Valentino”.

En Pietrammare, un pueblo imaginario de Sicilia, gobierna el mismo partido político desde hace bastantes años. El alcalde (Tony Sperandeo), que sospechosamente se parece a Berlusconi, es el encargado de dirigir una organización casi criminal y de tapar casos de corrupción. En las nuevas elecciones vence Natoli (Vincenzo Amato), que en cuanto asume el cargo decide corregir todas las cosas necesarias para vivir en un pueblo más justo. Para todos los vecinos resultará un choque tan grande que no estarán seguros si realmente querrán erradicar la corrupción si eso significa un perjuicio directo para ellos.

Leo Gullotta – Crítica de la película

Parece difícil pensar que esta cinta no es un producción española, ya que casi es una copia de nuestra actual situación política y social. Y es esa identificación el gancho de la película. Cualquiera diría que estamos viendo la historia de algún pueblecito español –alguno de Valencia, por ejemplo– donde algún partido político podrido de corrupción lo ha convertido en su cortijo. Además, parece ser que la famosa picaresca española es compartida, a juzgar por la película, con el pueblo italiano: el frutero ambulante que no paga por su puesto, los funcionarios que se pasan el día en el bar, el restaurante que no quiere pagar por la terraza o la escandalosa evasión de impuestos de los ciudadanos. Cualquier habitante de Pietrammare es un mini-corrupto que quiere tener las calles muy limpias, el tráfico ordenado y servicios públicos de calidad sin cumplir sus obligaciones fiscales.

Imagen de la película “La hora del cambio”, estreno en España el 11 de agosto.

En definitiva, La hora del cambio resultará ser un espejo en el que poder observar la situación política italiana y, por ende, la española. Es destacable el humor inteligente y las acertadísimas alegorías que nos presentan estos dos humoristas metidos a directores –brillante la escena en la que una furgoneta de publicidad del alcalde corrupto va en sentido contrario y hace que toda una hilera de coches vaya marcha atrás para dejarle pasar, en vez de recular ella–. Un problema tan serio visto desde una óptica tan informal la convierte en una perfecta película veraniega (aunque salgamos un poquito quemados del cine).

DIRECCIÓN
6
GUIÓN
7
INTERPRETACIÓN
6
Reseña de lectores5 Votos
7.2
LO BUENO
La banda sonora.
Un guión muy inteligente.
LO MALO
Algún que otro gag al estilo Cruz y Raya.
6.3

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Carlos Barea

Carlos Barea (Granada, 1987) es graduado en Publicidad y Relaciones Públicas y máster en Escritura Creativa en la escuela Hotel Kafka. Ha colaborado con numerosos medios digitales especializándose en cultura LGTB, centrándose en el área de literatura y cine. Actualmente cursa el máster en Estudios LGTBIQ+ al mismo tiempo que prepara su primera novela.

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