Crítica de la película de terror “Verónica”: Posesión castiza

El director Paco Plaza regresa a la cartelera con una nueva cinta de terror “Verónica”, una experiencia paranormal que viviremos en primera persona gracias a la magnífica interpretación de su actriz protagonista Sandra Escacena.

Crítica de la película de terror “Verónica”

Pocos son capaces de alcanzar en escenas de lo más cotidionas el grado de naturalidad, verdad y autenticidad que logra Paco Plaza. Si en Rec3 Génesis (2012) el director ya nos mostró dichas dotes con un arranque bestial en plena celebración de una boda en la que todo español podía verse reflejado; ahora con su nuevo proyecto Verónica nos muestra esa maestría en cada escena de desayuno, en cada paseo hasta el colegio o en cada “toca ponerse con los deberes” que comparten la protagonista con sus hermanos menores. Gracias a dichos momentos consigue dotar a una historia fundamentalmente de terror de un realismo y cercanía que embauca y hace creer hasta al más excéptico en ouijas, vasos y espíritus.

Una película que nos enfrenta cara a cara a lo desconocido, a aquello que sucede sin ningún tipo de explicación lógica y que haría a cualquiera extremecerse… En esta circunstacia conoceremos a Verónica una chica corriente que va a un instituto de monjas, queda con sus amigas, tiene el cuarto empapelado de posters de Bunbury y Héroes del Silencio -su banda sonora diaria-, cuida de sus hermanos mientras su madre trabaja de sol a sol para sacarlos adelante; pero a su vez se encuentra inmersa en el típico cambio que sufre cualquier adolescente en el que quiere probar cosas nuevas y transgredir los límites en busca de la identidad adulta. ¿Y qué mejor para ello que hacer una Ouija con tus amigas para contactar con el más allá? Desde ese mismo instante “algo” se quedará junto a la jóven perturbando su día a día.

Paco Plaza nos envuelve poco a poco en un aterrador viaje de regreso a los 90, allí donde no existían los teléfonos móviles y la mejor forma de saltarse las normas fijadas por los padres no era abrirse una cuenta en Instagram sino comprarte en el Pryca un tablero de Ouija (sí, estabamos hechos de otra pasta). Para narrar su historia el director valenciano decidió grabar los exteriores de la película en el mismo sitio dónde ocurrieron dichos acontecimientos… espera no lo había avisado: la cinta está basada en la historia real de Estefanía, más conocido como el caso de la chica poseída del barrio de Vallecas, el único documentado en España en el que los propios investigadores categorizaban los hechos como un suceso paranormal. Ahora el tema acojona más ¿verdad?

Para interpretar a Verónica, esa adolescente perseguida por una presencia paranormal, Paco Plaza vió a más de 800 chicas porque no quería coger a una cara ya conocída que viniera ya con vicios adquiridos de las series de televisión. Y hay que decir que la elección final de Sandra Escacena no ha podido ser mejor. La joven ofrece frescura, fuerza y verdad en cada secuencia. Sin duda le aporta un carisma particular al personaje que interpreta y una credibiliad que pocas hubieran logrado. Estoy segura que su nombre sonará bastante en próximos proyectos cinematográficos.

Pero tan poco se quedarán atrás a nivel interpretativo los tres pequeñajos que comparten protagonismo con Sandra Escacena: Iván Chavero, Bruna González y Claudia Placer. Sin ellos la película no sería la misma. Su naturalidad y expontaneidad llenan la pantalla. Los tres se meten a la perfección en ese rol de hermanos, de “nos cuidamos unos a otros” y en si Verónica dice que nos acecha un espíritu hay que ayudarla a echarle.

Por todo lo dicho anterioremente, por ser una película magistralmente rodada, con una dirección de actores descomunal, con una banda sonora de Héroes del Silencio que nos lleva directos a nuestra infancia, por una historia de terror que va in crescendo hasta suplicar mentalmente que termine ya… no puedo más que recomendar que paséis por taquilla porque el cine de terror hay que verlo en pantalla grande y con el sonido envolvente, y si es posible bien agarrado al de la butaca de al lado.