Crítica de la película ‘Marte’ (The Martian) de Ridley Scott

Mark Watney (Matt Damon) se convertirá en el primer marciano -y humorista- del planeta Marte (de ahí el título de The Martian) al quedar abandonado a su suerte en el planeta rojo. Aislado, sin posibilidad de comunicación y muy pocas posibilidades de supervivencia, el integrante de la misión a Marte deberá emplear todo su ingenio e inteligencia para tratar de sobrevivir durante cuatro años, fecha en la que llegará la próxima misión tripulada al planeta. Una empresa, la de esperar con vida, cuasi imposible.

De aquí a nada, es posible que la Nasa, y otras agencias espaciales, se embarquen en una serie de misiones que tienen como objetivo el planeta rojo, Marte. Una de ellas, la de colonizar el planeta, se supone realizará con unas cuantas personas escogidas de todo el mundo en un viaje sin retorno. Si alguien se ha preguntado si sería capaz de embarcarse en tal locura, o si desea descubrir a qué se enfrentan esos exploradores espaciales, no tiene más que acercarse al cine y disfrutar de esta épica aventura espacial marciana protagonizada por Matt Damon, Jessica Chastain (habitual del director), y otros tantos actores de primer nivel como el vale para todo (y siempre fantástico) Michael Peña. Con los extremadamente realistas efectos especiales, y gracias a nuestras células espejo, nos pondremos en el lugar de la tripulación sin pretenderlo, viviendo las escenas de máxima intensidad y riesgo, con parecido énfasis al de los protagonistas. Lo mismo nos pondremos en la piel de un cerebrito de astrofísica, que del director de la agencia espacial, del grupo de ingenieros encargados del montaje del cohete espacial, del perdido astronauta, o de cualquiera que intervenga de alguna manera en el destino de la misión, la intensidad será tal, que siempre nos pondremos en el pellejo hasta del último mono que tenga que apretar un tornillo.

Lo más atractivo de Marte es descubrir cómo el astronauta y la agencia espacial, van adaptándose en cada momento a las nuevas e imprevistas circunstancias de tal forma que hasta el último instante de la película, es difícil suponer el desenlace. La premisa es sencilla, un miembro de la misión espacial a Marte queda abandonado a su suerte en el planeta, y a partir de ello toca descubrir y desvelar no pocas incógnitas. ¿Por qué se queda en el planeta? ¿Cómo logra sobrevivir solo? ¿De qué manera consigue alimento? ¿Y agua? ¿Hay alguna posibilidad de salir del planeta por su propios medios? ¿Tiene posibilidades de comunicación? Pero es que según va avanzando el metraje, aparecen un número de imprevistos que hacen volver a replantearse las preguntas en busca de nuevas respuestas válidas para cada inesperada situación del náufrago espacial.

El punto de vista de ‘Marte (The Martian)‘ se centra en el mismísimo planeta rojo, allá donde se encuentra el dado por muerto marciano Matt Damon, para luego repartirse entre este y los explotados trabajadores de la Nasa, que tratarán por todos los medios encontrar una solución para su supervivencia (si es que esta llega a ser posible). Ello llevará a una serie de situaciones a favor y en contra de las posibles resoluciones del problema, pues realizar una misión de rescate de un solo hombre que tiene todo el universo de posibilidades de perecer, no es que sea una posibilidad barata y carente de riesgos. De esta manera la película apuntará brevemente los problemas éticos y morales derivados de la carrera espacial.

El espectador no tendrá tiempo de aburrirse ni un instante ya que la producción está totalmente orientada al entretenimiento y la diversión. Tan lejos de la Tierra como Marte, quedan las posibles introspecciones y reflexiones del protagonista en la soledad del casi infinito lugar. A penas unos planos y un par de bellas escenas visuales aderezadas con épicas declaraciones de Damon en mitad del universo marciano son dedicadas a tales aspectos, con lo que aquellos que teman una película “lenta” podrán sentarse en la sala con la certeza de que las palomitas caerán a la par del los minutos (144).

Las aventuras espaciales, contratiempos e imprevistos, se irán sucediendo apuntaladas por una base de ciencia y un amplio margen de licencias cinematográficas. Sólo aquellos que estén relacionados con las matemáticas, la física, la lógica, la biología o campos mucho más específicos, podrán sacarle pegas en este aspecto de manera inmediata. El resto del público se marchará de la sala contento con la esperanza de que todo lo mostrado pudiera ser posible… excepto en un par de ocasiones, que no pienso anticipar, que se negarán rotundamente a aceptar lo que ven (pero que no por ello deja de ser menos intenso).

El reparto de esta ‘Marte’ (The Martian) (2015): Matt Damon, Jessica Chastain (bestial actriz allí donde se enfunde el personaje que esta semana tiene doblete de estrenos con ‘La Cumbre Escarlata’), Kristen Wiig (Conocida por ser la protagonista de ‘La boda de mi mejor amiga’ en un registro bien serio aquí), Michael Peña (a cuestas -¡y afortunado!- de cargar con el San Benito de ser siempre el secundario latino graciosete), Sean Bean (Al loro con la coña sobre ‘El señor de los anillos’), Kate Mara (interesantísima en su papel de la serie House of Cards), Benedict Wong (otro habitual de Scott)… todos ellos, y otros tantos que no menciono, impecables en su trabajo. Esta afirmación no debe tomarse como un vago comentario si no más bien, como una llamada de atención sobre el empuje de calidad que aporta el conjunto de sus intérpretes a la credibilidad de la ficción.