Crítica de ‘Ghost in the Shell. El alma de la máquina’ (2017): En el equilibrio está el gusto

Scarlett Johansson es The Major, la líder de Sección 9
Scarlett Johansson es The Major, la líder de Sección 9

‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’, uno de los estrenos más esperados de 2017, maneja en un increíble alarde visual una historia que combina perfectamente teorías metafísicas y efectos especiales.

Ghost in the Shell: El alma de la máquina

Siempre he tenido mucho respeto a las historias que se atreven a meter en un mismo saco argumental la ciencia ficción y los grandes interrogantes de la humanidad: el sentido de la vida, quienes somos, adonde vamos y toda esa parafernalia que tarde o temprano atribula a cualquier mortal. Ghost in the Shell es una de esas historias que lleva haciéndolo en manga y anime más de veinte años y ha sido este 2017 cuando se han decidido a intentarlo también con personajes de carne y hueso

Scarlett Johansson luchará contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos
Scarlett Johansson luchará contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos

El argumento no dista mucho de sus hermanas mayores: The Major (Scarlett Johansson) vive en un cuerpo cibernético, pero conserva intacto su espíritu humano. Tras convertirse en la primera en su especie, la compañía Hanka Robotic, responsable del experimento y controlada por el gobierno, la pone a la cabeza de la Sección 9, un grupo que lucha contra el terrorismo y la enfrenta a un enemigo cuyo principal fin es destruir la corporación.
Llevar a la realidad historias que durante años han sido solo concebidas en cómic y/o animación siempre será una bomba de relojería, corriendo el riesgo de convertirse en un producto que acabe muy mal parado. Los errores pueden ser muchos, pero los más habituales suelen ser dos: bien usar el mismo lenguaje del manga o el anime en una historia de carne y hueso o, aún peor, intentar reinterpretarlo perdiéndose por el camino la esencia de la historia original (Un beso para la adaptación de Dragon Ball Evolution, allá donde esté).

Escena de la película Ghost in the sell 2017
Escena de la película Ghost in the sell 2017

En el caso de Ghost in the shell la armonía entre fidelidad y adaptación se encuentra en un equilibrio casi perfecto. Aunque tiene algún que otro patinazo, la historia original es tan sólida que no la deja descarrilar más de la cuenta, pero si permitirle algunas licencias del cine americano, como una docena de decorados futuristas o una buena dosis de tiros.
Otro de los aciertos consiste en escoger un camino narrativo clásico y un guión bien dosificado. Al principio, el alarde estético reduce el argumento a cuatro líneas de diálogo, pero poco después la historia coge el timón y se desarrolla con mejor acierto, trabajando esas frases que sucintamente habían vomitado los personajes al principio y que venían a decir algo así como “luego te lo cuento, ahora mira lo espectacular que es todo”. Y tanto que lo es. Los primeros quince minutos son para rendirse sin miramientos ante la grandiosidad de unos planos majestuosos, una estética opulenta y un futurismo descontrolado. En una de las primeras escenas unas geishas robóticas, que son como Björk maquilladas con mucha base blanca, consiguen perturbar y enamorar al mismo tiempo, convirtiéndose en el mejor ejemplo de lo que la cinta va a ofrecer durante hora y media más.

Imagen de Scarlett Johnasson interpretando a Major
Scarlett Johansson es Major

No hay ninguna duda de que los fans del manga original quedarán satisfechos. Tampoco defraudará a los que vayan buscando historias que mezclen ciencia ficción y filosofía. Pero, seamos sinceros, esta película es realmente aconsejable para los que quieran amortizar rápidamente sus gafas 3D. No es de extrañar que en estos tiempos los productores de Hollywood no sean capaces de concebir el cine de ciencia ficción (¡y futurista!) sin que salten un trillón de cristales a la cara o sumerjan al espectador en una profundidad de campo que haría las delicias de Orson Welles. En realidad, es ciencia ficción y es tendencia hacerlo, no hay ningún problema. La dificultad viene en la versión 2D, cuando la sucesión de interminables planos de decorados, saltos de altura y travellings contribuyen al ritmo de la narración lo mismo que Leticia Sabater a la música. Aunque eso ya forma parte de un problema generalizado que tiene más que ver con una Industria que no sabe que hacer para atraer público a las salas y no tanto con la propia cinta en sí. No es la primera ni será la última en hacerlo, así que vamos a intentar obviarlo.

Fotograma de la película ambientada en el Cyberpunk
Fotograma de la película ambientada en el Cyberpunk

Por todos sus ingredientes, la película se convierte en una dualidad constante. Ya no solo por la habitual lucha entre el bien y el mal, sino también por la batalla entre cuerpo y espíritu, entre 3D y 2D, entre efectos especiales y argumento. Y por si fuera poco, además logra encontrar una armonía perfecta entre tiros y discursos metafísicos. Así que en definitiva, el acierto de la película Ghost in the Shell: el alma de la máquina consiste en poder andar sobre la cuerda floja sin caerse, llevar a buen puerto la difícil tarea de adaptar una historia original impecable sin apenas zozobrar y hacerlo, además, con unos actores que, aunque no queden de sobresaliente, ayudan bastante al más que aceptable resultado final. Podemos respirar aliviados.

DIRECCIÓN
8
GUION
8
INTERPRETACIÓN
7
Reseña de lectores7 Votos
3.5
LO BUENO
La corta pero intensa aparición de las geishas.
Los primeros quince minutos de película.
LO MALO
Lo planos pensados para el 3D en versión 2D.
Un final un tanto precipitado.
7.6