Imagen de 'El hombre más buscado'

Crítica de la película ‘El hombre más buscado’, paranoia colectiva.

Basada en una novela de John Le Carré y testamento fílmico del genial actor Philip Seymour Hoffman, ‘El hombre más buscado’ denuncia la situación convulsa internacional tras los atentados del 11 de septiembre.

Sinopsis de ‘El hombre más buscado’

Cartel de 'El hombre más buscado'
Cartel de ‘El hombre más buscado’

Issa Karpov (Grigoriy Dobrygin), mitad ruso mitad checheno, sin papeles y de religión musulmana, llega al puerto de Hamburgo con el único salvoconducto de una carta a un banquero. Pronto los servicios secretos de la lucha antiterrorista se ponen en alerta confundiéndolo con un extremista religioso. El agente Günther (Philip Seymour Hoffman)e Irna Frey (Nina Hoss) una atractiva abogada de ideología izquierdista podrán arrojar luz sobre las verdaderas intenciones de Issa, enfrentándose al entramado de agentes de diferentes países que buscan la satisfacción profesional con la detención del joven checheno.

Sinopsis de ‘El hombre más buscado’

Tras los atentados del 11 de septiembre el mundo comenzó a perder, una vez más, la poca inocencia que disponía. Nadie estaba seguro y menos las victimas de tal barbarie, los Estados Unidos. A partir de ese instante perdimos la libertad en nombre de la libertad, a partir de ese instante nadie estaba a salvo de los caprichos asesinos de un enemigo tan endeble sin embargo tan letal, todos podíamos ser sospechosos, la histeria y la crispación se adueñaron de nuestras fútiles vidas y a partir de ese instante nada volvió, ni volverá a ser lo mismo. Todas las consecuencias de semejante magnicidio las sufrimos día a día, país a país. Algo tan indisoluble al hombre en cuanto hombre cultural como son las religiones monoteístas no deberían funcionar como tapadera de los más animales instintos, no es razón suficiente.

Imagen de 'El hombre más buscado'
Imagen de ‘El hombre más buscado’

El hombre más buscado se sitúa en Hamburgo, lugar de entrenamiento para los kamikazes de las torres gemelas, en la época de enajenación por parte de los servicios secretos. Hamburgo, fundamental puerto europeo, queda retratada como una ciudad ocre y hosca, escenario perfecto para dar rienda suelta a todas las ideas paranoicas de las agencias secretas y de sus incompetencias, traiciones y desconfianzas mutuas. Hamburgo no es solo una localización más, es la localización, el argumento no sería el mismo sin la ciudad alemana, y el director holandés Anton Corbijn consigue que la atmósfera asfixiante y gris que rodea a los personajes, su trabajo, sus acciones, quede retratada por la cámara.

Imagen de 'El hombre más buscado'
Imagen de ‘El hombre más buscado’

Anton Corbijn fotógrafo de músicos y actores y director de videoclips como Personal Jesus de Depeche Mode (1989) aborda su tercera película (Control, 2007, El americano, 2010) como buen conocedor de la fotografía y los encuadres, no encontramos en la película un plano o un encuadre chirriante, todos son fruto de un elevado gusto por la composición desde el inicio, por ejemplo la secuencia del agua chocando contra un muro, metáfora, no muy común en el género, de todo lo que va a ocurrir, corroboramos estos planteamientos. Si a esto le sumamos un reparto magistral, encabezado por el malogrado Philip Seymour Hoffman, con Robin Wright y William Dafoe en los papeles de agente del servicio secreto estadounidense y banquero semicorrupto respectivamente, El hombre más buscado se convierte en una correcta película con un punto de vista distinto sobre los espías y el terrorismo. La película, con cierto cometido de revisión del thriller (últimamente un tanto agotado y repetitivo salvo excepciones) deja de lado toda la artificiosidad de las grandes explosiones, violencia o persecuciones, centrándose en sus personajes, dando tiempo a sus pulsiones internas, y en el reposado ritmo que debe llevar la trama y las subtramas, que a más de un espectador acostumbrado a lo rápido e inmediato puede terminar aburriendo. Corbijn se remite a un gusto clásico por el género, algo más que evidente en la escena del metro un homenaje palpable a William Friedkin y su French Connection (1971), los diálogos bien elaborados y la espera: algo tan vital.

Imagen de 'El hombre más buscado'
Imagen de ‘El hombre más buscado’

Para concluir, además de una aproximación diferente a los tiempos coléricos, las razones justas e injustas y a la profesionalidad de aquellos que velan por nuestra seguridad, El Hombre más buscado queda como el último trabajo del actor Seymour Hoffman, incluyendo en el visionado la sensación de acto necrófilo fílmico. Destacan los trabajos de Dafoe, Wright o Nina Hoss, un casting plagado de pesos pesados que puede alejar en ciertos momentos la empatía hacia los personajes. Hoffman es Günther, ese agente secreto en la lucha contra el terrorismo, con gabardina arrugada, un Mercedes de los 90 destartalado, borrachuzo, fumador, profesional, abocado a Hamburgo por un error cometido por otros en Beirut, que en manos de otro actor resultaría un estereotipo simple. Sin embargo Hoffman configura al personaje con toda la amargura interior, cansancio físico (pitidos pulmonares incluidos), y psicológico. Crea un personaje que sabes que en una de estas se queda en el sitio. Un tipo del que te puedes fiar; estereotipo pero no estereotipado.

DIRECCIÓN
8
GUION
6
INTERPRETACIÓN
7
FOTOGRAFÍA
8
Reseña de lectores18 Votos
6.9
LO BUENO
La realización de Anton Corbijn.
Philip Seymour Hoffman y la desgarradora secuencia final.
LO MALO
Demasiadas pugnas entre las distintas agencias que en ciertos momentos despistan al espectador.
Que sea el último trabajo del actor americano.
7.3