Tres historias de indudable tormento, tres ciudades de postal y algunos de los actores más reconocidos de Hollywood no son garantía de un buen resultado. Esa es la realidad de “En tercera persona”, un puzzle que no convence al espectador.
Sinopsis de “En tercera persona”
Roma, París y Nueva York. Tres ciudades para tres historias de amor diferentes que en principio poco o nada tienen que ver. En Nueva York conoceremos a Rick (James Franco), un pintor de éxito que en su obsesión de protección con tintes de venganza hará todo lo posible para que su ex-mujer (Mila Kunis) no se acerque a su hijo; durante un viaje a Roma por negocios Sean (Adrien Brody) conoce a Monika, una misteriosa gitana de la que se quedará prendado desde el primer momento; y Michael (Liam Neeson) se encuentra en París dando forma al que será su próximo éxito literario superventas, su musa una joven escritora con la que mantiene un tórrido romance (Olivia Wilde).
Crítica de “En tercera persona”
Figuras cinematográficas de primera fila para una cinta cuyo resultado es el temido “ni frio ni calor”. En tercera persona el director Paul Haggis intentará desesperadamente repetir el éxito que obtuvo con “Crash” (2004), ópera prima que le valdría un Oscar a la Mejor Película y otro a Mejor Guión, por medio de la narración de varias historias entrelazadas… lamentablemente tan sólo logrará perder al espectador en un guion lleno de lagunas donde la resolución del puzzle final no logra su propósito: sorprender al patio de butacas. En esta ocasión el director ha decidido jugar demasiado al despiste, ocultando hasta el mismo final las pistas que nos llevarían a interrelacionar las historias de sus personajes, hecho que hará que el espectador, agotado por una trama que no parece tener fin, comience a atar cabos hacia la mitad de la cinta, descubriendo por sí mismo qué pasa, con quién, por qué y cómo.
Tres historias. Tres ciudades diferentes. Amor y desamor en cada una de ellas. “En tercera persona” conoceremos a tres parejas, tan variopintas y singulares que un nexo de unión parece imposible en un primer momento: La pareja formada por un reconocido escritor, Michael (Liam Neeson), y su joven pupila y musa (Olivia Wilde) servirá de punto de partida del resto. Su ciudad París y su relación tan complicada como lo es darle forma a una novela a la que le falta pasión. Deseo y odio. Un tira y afloja que sólo puede terminar en llanto -desde luego la historia más interesante de las por centrarse en la confusión entre la realidad y ficción sufrida por un escritor en pleno proceso creativo-; por otro lado encontramos a Sean (Adrien Brody) que por viaje de negocios se encuentra en Roma. Bebiendo limoncello conocerá a Monika (Moran Atias), una misteriosa gitana de encanto natural a la que intentará ayudar para liberar a su hija de las mafias; y por último Nueva York queda representada en la encarnizada lucha de Rick (James Franco) por arrebatarle para siempre a su ex-mujer (Mila Kunis) la posibilidad de ver al hijo que ambos tienen en común.
Las tres historias de“En tercera persona” funcionarían por sí mismas, no lo dudo, ya que cada en cada una de ellas el argumento tiene el peso necesario como para desarrollar su propia película. De hecho el público saldrá de la sala deseando profundizar más en cada una de sus tramas, suficientemente tormentosas y dramáticas por si solas. Lo malo es que en conjunto poco o nada aportan -incluso llegándoles a faltar credibilidad en ciertos aspectos- consiguiendo alargar la cinta hasta la saciedad durante 137 minutos interminables.
El reparto actoral tan poco logrará brillar. A pesar de contar con un reparto 100% hollywoodense formado por Liam Neeson, Mila Kunis, Adrien Brody, Olivia Wilde, James Franco, Moran Atias, Maria Bello y Kim Basinger, la cinta no será recordada por sus grandes actuaciones. Lógico a la vez, ya que poco se puede hacer en una historia en la que continuamente se tiene la sensación de quedarse a medias.
