Los hermanos directores Jean-Marie y Arnaud Larrieu hacen gala de sus interesantes formas narrativas y estilos con ‘El amor es un crimen perfecto’, una película a medio camino entre el drama y el thriller acertadamente aderezado con ciertos toques de humor y gran halo de sensualidad femenina.
Sinopsis de la película ‘El amor es un crimen perfecto’
En el idílico campus de la universidad Lausanne, Suiza, el profesor Marc (Mathieu Amalric), imparte clases de escritura y literatura. Pese a estar rondando los cincuenta, Marc cuenta con un irresistible atractivo que ya le ha llevado a tener problemas con la dirección del centro debido a sus escarceos amorosos con las alumnas. Hecho que se agravará tras la noticia de la desaparición de Bárbara (Marion Duval), una de sus últimas aventuras.
La madre adoptiva de Bárbara, Anna (Maïwenn), se pondrá en contacto con Marc con la esperanza de encontrar algún tipo de pista que le lleve a localizar a su hijastra, pues sospecha que pueda haberse escapado de casa. Marc, que dará buena cuenta de la gran sensualidad y belleza de Anna, pondrá en marcha sus literarias armas de seducción llevándoles a experimentar un inesperado romance.
La investigación sobre el paradero de Bárbara seguirá su curso a la par que Marc se verá acosado por una alocada jovencita de sexualidad exultante llamada Annie (Sara Forestier), quien no cesará en su empeño de lograr unas “clases privadas”, mientras que Marc, debido a la delicada situación en la que se encuentra, intentará resistirse a la tentación.
Todavía se le complicarán más las cosas al profesor de literatura cuando su director de departamento, Richard(Denis Podalydès), pueda entrometerse de cerca en los asuntos personales de Marc y dificultando sus idas y escapadas para reunirse con sus amantes, al mostrar un interés especial por su hermana Marianne (Karin Viard) con quien comparte una cabaña en lo alto de las montañas.
Crítica de la película ‘El amor es un crimen perfecto’
El sonido de los cambios de marcha de un motor da paso a los planos de una carretera nevada en la oscuridad de la montaña. El coche circula exhausto por las curvas. Demasiado rápido. No parece importarle al conductor ni a su joven y bella acompañante que, entre risas, no hace sino aumentar el deseo del conductor. ¿Es por eso que la nieve deslumbra amenazante con cada giro del coche pasado de rosca? Los hermanos Jean-Marie y Arnaud Larrieu irán desvelando sus intenciones mientras acompañamos a Mathieu Amalric (Jimmy P) en su interpretación del maduro, e irresistible para las guapas universitarias, profesor de literatura.
Basada en la novela de Philippe Djian, ‘Incendies’, la película El amor es un crimen perfecto cuenta con un ritmo propio y particularmente apropiado para desarrollar una intrigante historia donde en apariencia a penas pasa nada. Sin necesidad de ser explícita, desde el primer momento de proyección, la película deja entrever que tras la calma en la oscuridad de un bosque alpino nevado se esconde algo inquietante.
Lo más inmediato pero no principal, será averiguar qué ha sido de la joven desaparecida para en seguida preguntarnos quién es la sensual y afectada madre que vaga por el campus buscando pistas sobre su paradero. Sin más presentaciones la película‘El amor es un crimen perfecto’ seguirá arrojando interrogantes: ¿Quién es la mujer rubia que vive en la cabaña de la montaña? ¿Por qué se comporta de esa manera tan ambigua? ¿Desde cuando Marc lleva una vida de seductor de jovencitas? ¿De qué manera se vuelve irresistible un hombre que ronda los 50 a ojos de veinteañeras? ¿Qué fijación tiene su director de departamento con él? ¿Marc desconoce el paradero de la chica o por el contrario esconde algún tipo de información que podría ser útil para la investigación policial? Cuestiones que se irán disipando al ir descubriendo el día a día del profesor.
Las localizaciones, los parajes nevados, las majestuosas montañas, el impresionante lago del valle, la solitaria cabaña de madera donde reside el protagonista, la ciudad, y sobretodo la fascinante arquitectura diáfana, blanca, ausente de ventanas y en lugar de escaleras, surcada de rampas para salvar los desniveles, aportarán fuerza a las distintas situaciones a las que debe afrontar el presunto escritor fracasado convertido en profesor.
Inmejorable la interpretación de Arnaud Larrieu quien consigue mantener el atractivo del personaje incluso fumando los horribles vaporizadores de tabaco en aquellas zonas donde está prohibido echarse el cigarro a la boca, prueba sin igual de que Marc, a pesar de no ser el evidente apuesto maduro, tiene un en canto que va más allá de la previsible verborrea profesional sobre conocimientos de literatura y arte.
En la réplica y en la cama se muestran y se intuyen fascinantes las féminas de la cinta que verán potenciadas de forma engañosa sus dotes interpretativas y naturales dependiendo de quién y dependiendo de lo qué requiera la escena, gracias a los sutiles pero provocativos desnudos que quedan suspendidos en el misterio.
Pero a pesar de la buena exposición y idea principal de la película, ‘El amor es un crimen perfecto’ deja una sensación incompleta. Pudiendo hacerlo, da la sensación de que no lleva hasta las últimas consecuencias aquello que propone, y que el mismo personaje trata de transmitir a sus alumnos en las clases de escritura mediante la exposición del estilo la escritura y el visionado de la película surrealista ‘La edad de oro’ de Buñuel y Dalí. No diré el qué, pero menos convencionalismos cinematográficos en ciertos momentos podría haber dado lugar a una película fascinante… o puede que todo lo contrario y que llevara al desvanecimiento de la seriedad de los misterios e interrogantes que oculta la película.
