Imagen de 'Boyhood (Momentos de una vida)

Crítica de la película ‘Boyhood’: Jugando a ser Proust

‘Boyhood’ es el último trabajo del cineasta Richard Linklater, que viene avalado por el aluvión de buenas críticas y con el Premio al mejor director en el Festival de Berlín. Sin embargo no es oro todo lo que reluce, ya que pese a lo atractivo de su propuesta, el film no resulta todo lo espléndido que cabría esperar.

Sinopsis de la película ‘Boyhood (Momentos de una vida)’

Cartel de 'BoyHood (Momentos de una vida)'
Cartel de ‘BoyHood (Momentos de una vida)’

Boyhood’ aborda la vida de Mason (Ellar Coltrane) desde los seis años de edad hasta su entrada en la universidad a los dieciocho. En ella asistimos a sus primeros amores, la relación con sus padres divorciados, las constantes mudanzas, sus miedos, sus primeras desilusiones…

Crítica de la película ‘Boyhood (Momentos de una vida)’

Mucha expectación se ha creado en torno a ‘Boyhood: Momentos de una vida’, el último film del cineasta Richard Linklater, ya que no es un producto al uso. La producción ha abarcado nada menos que doce años (de 2002 a 2013), de los cuales ha habido en total apenas unos 39 días de rodaje. Lo curioso no sólo es eso, sino que Linklater ha querido hacer un experimento cinematográfico con el mismo grupo de actores para reflejar así uno de los temas de la película de forma fidedigna: el paso del tiempo. El relato gira en torno a un niño, Mason (Ellar Coltrane), de seis años de edad, el cual veremos crecer a lo largo de los años de forma real sin maquillaje ni artificio alguno, y descubriremos cómo es la relación con su familia así como las experiencias con su mundo cotidiano a medida que va avanzando en edad, adquiriendo experiencia y madurez al mismo tiempo. Una forma de utilizar el cine a modo de vehículo del tiempo llevado al extremo.

Año tras año, Linklater se reunía con el mismo grupo de actores, entre los que se incluyen Patricia Arquette y Ethan Hawke, los padres divorciados de Mason en la ficción. Con un modelo de guión básico en el que trazó el recorrido que debía seguir la historia, cada actor aportó de su vida personal experiencias propias que fueron insertadas en la película. Este hecho aporta naturalidad al film y secuencias sencillas pero tremendamente realistas al mismo tiempo, como por ejemplo aquellas donde el personaje de Ethan Hawke intenta inculcar a sus hijos lecciones vitales en una bolera.

Imagen de 'Boyhood (Momentos de una vida)
Imagen de ‘Boyhood (Momentos de una vida)

La crítica se ha deshecho en el elogios con Linklater y su ‘Boyhood’. No hay que restar mérito a lo conseguido, que es mucho, ya que otros cineastas han intentado algo similar, como por ejemplo Lars Von Trier, y no lo han conseguido. Pero su grandeza reside precisamente en lo original de la propuesta y que el experimento, finalmente, ha tenido éxito. Más allá de eso, Linklater no nos descubre América, pues no reside en el film nada más original que lo dicho, ya que el paso del tiempo como tema lo hemos visto reflejado en numerosas cintas a lo largo de la historia del cine, citemos tan sólo dos ejemplos: ‘Érase una vez en América’ (Sergio Leone, 1984) y ‘Cinema Paradiso’ (Giuseppe Tornatore, 1988). Por su parte, la vida mostrada como suma de momentos cotidianos recuerda al cine de Terrence Malick, en concreto a ‘El árbol de la vida’ (2011). También nos viene a la mente al respecto ese maravilloso y atípico film donde el cineasta Nanni Moretti reflejaba su propia vida en un estilo humorístico, ‘Caro Diario’ (1993).

Imagen de rodaje de 'Boyhood (Momentos de una vida)
Imagen de rodaje de ‘Boyhood (Momentos de una vida)

‘Boyhood’ no es nada más que lo que indica el subtítulo en castellano: momentos de una vida. O lo que es lo mismo, una sucesión de escenas del día a día sin un hilo conductor definido. Algunas aburridas, otras interesantes y el resto ni fú ni fá. Linklater pretende con ello trascender lo cotidiano y convertir la suma de la totalidad en poco menos que una experiencia mística. El cineasta apuesta por una realización sencilla, posiblemente para subrayar el realismo, pero que no hace atractivo al producto desde el punto de vista técnico y formal (en no pocos momentos parece que asistamos a un vídeo doméstico) y por un guión, quizá, demasiado plano.

Imagen de rodaje de 'Boyhood (Momentos de una vida)
Imagen de rodaje de ‘Boyhood (Momentos de una vida)

Lo mejor de ‘Boyhood’ es la sensación del paso del tiempo que consigue, sin un cartel que nos lo indique en ningún momento y sin uso de maquillajes de los que suelen utilizarse en el cine para indicar la vejez de un personaje, deviniendo la mayoría en caricatura. Observar el paso real de los años en los actores, algo nunca hecho en una misma película, resulta una experiencia, cuanto menos, curiosa. Por eso, y por su condición de “película-experimento”, ocupa desde el minuto uno su lugar en la historia del cine por derecho propio. Pero al mismo tiempo es una cinta que logra transmitir indiferencia en la mayoría de sus escenas. El efecto tiempo pasa factura también en su largo metraje, de casi tres horas de duración. Linklater se ha explayado a gusto al respecto, no consiguiendo insuflar, sin embargo, el ritmo e interés adecuado para que no se escuche ni un sólo bostezo en toda la sala.

Trailer de la película ‘Boyhood (Momentos de una vida)’

DIRECCIÓN
6.5
GUION
5
INTERPRETACIÓN
8
Reseña de lectores9 Votos
9.1
LO BUENO
Las interpretaciones. Es de agradecer que aún existan cineastas que se lancen a un producto tan personal y arriesgado.
Los momentos de la bolera entre el personaje de Ethan Hawke y sus hijos, los cuales transmiten una intimidad y cercanía poco frecuente en una película.
Invita a la reflexión sobre el paso del tiempo y la vida misma.
LO MALO
Lamentablemente, no es para tanto
6.5