Crítica de la película ‘Alguien a quien amar’: Cantautor con niño

Presentada a concurso en la sección oficial de la Seminci de Valladolid 2014, la directora de origen noruego Pernille Fischer Christensen no consigue convencer con la seductora idea sobre los vaivenes personales de una estrella musical en ‘Alguien a quien amar’.

Sinopsis de la película ‘Alguien a quien amar’

Thomas Jacob (Mikael Persbrandt) es un afamado músico noruego que vive en Los Ángeles y para grabar su último disco decide volver a su casa donde se rencontrará con su hija (Birgitte Hjort Sorensen) y su nieto (Sofus Ronnov) de 11 años. Jacob no tendrá más remedio que ocuparse del joven Noa, lo que le llevará a cambiar su desastrosa vida.

Alguien a quien amar
Alguien a quien amar

Crítica de la película ‘Alguien a quien amar’

La directora danesa Pernille Fischer Christensen (Enjabonado , 2006) firma su octava película sobre un cantautor, mezcla entre Leonard Cohen y Nick Cave en sus horas más bajas, inválido sentimental, que se tiene que hacer cargo de su nieto desconocido. Con Alguien a quien amar da la impresión de que las ideas melodramáticas se han agotado y a todo el mundo le ha dado por las películas de niño desvalido con padres irresponsables, está resultando un recurso dramático muy socorrido.

Mikael Persbrandt en una escena de 'Alguien a quien amar' (2014)
Mikael Persbrandt en una escena de ‘Alguien a quien amar’ (2014)

Si hace unas semanas hablabamos de la película de Rob Reiner ‘Así nos va’ (2014), protagonizada por Michael Douglas y Diane Keaton, en la que un agente inmobiliario a punto de jubilarse se hacía cargo de su nieta con la consiguiente evolución del personaje, gracias a una niña encantadora y perspicaz. En la película ‘Alguien a quien amar’ se trata de la misma trama pero desde el punto de vista noruego; depresivamente noruego. Si en la película de Reiner el, también flojo, guion tenía unos matices dramáticos y su fuerte era la comedia al uso, en la película noruega lo que prima es la desesperación, la angustia. Hasta la luz es tediosa y plomiza.

Fischer parte de una figura demasiado arquetípica cae en los múltiples clichés que existen sobre una estrella de la canción: drogas, una lista enorme de exmujeres y novias, una hija a la que nunca ha visto y una relación paternofilial centrada en los cheques. El protagonista, demasiado previsible en sus planteamientos, no termina de encajar en una trama demasiado cruda. No se siente ninguna empatía por lo que le está ocurriendo, más bien termina por darte igual un poco todo. Los personajes de ‘Alguien a quien amar’ parecen estar sacados de un manual de tópicos: nieto agradable con unos atisbos elevados de madurez , abuelo-padre esquivo e incapaz en todos los aspectos de su vida, manager comprensiva y resignada e hija drogadicta probablemente a causa del abúlico y esquivo padre, aunque creemos que es más por el clima adverso y en Mallorca todo sería muy distinto.

Birgitte Hjort Sørensen en una escena de 'Alguien a quien amar' (2014)
Birgitte Hjort Sørensen en una escena de ‘Alguien a quien amar’ (2014)

La película ‘Alguien a quien amar’ procura ceñirse al lado humano de un sufrido músico, que por no llevar no lleva ni las riendas de su carrera profesional, cuya vida no ha sido fácil. La cuestión es que su directora no consigue encontrar el camino adecuado, las profundas dimensiones, por qué ocurre lo que ocurre, para huir de los convencionalismos dramáticos. La película comienza en un concierto y acaba en otro con su nieto entre bambalinas, bajo la pretensión de cerrar el círculo, lo que se consigue es alargar, algo que ha quedado claro hace minutos, la acción de manera innecesaria.

Unas localizaciones muy bien escogidas en las que Fischer demuestra que sabe colocar la cámara, sacando jugo a una planificación sobria y bella y sabe mover a los personajes por su entorno, parece como si siempre hubieran estado allí. La fotografía con una preponderancia de tonos fríos y oscuros aun dentro de los escenarios, por mucha Noruega que sea, no es la más idónea para el tono de la ficción, termina por exacerbar la atmosfera claustrofóbica que se pretende. El trabajo realizado con los actores, destacamos el trabajo del niño Noa, Sofus Ronnov y de su protagonista Mikael Persbrandt que es capaz de cantar a pelo alguna pieza, es fruto de una buena dirección de actores, todos con ricos matices emocionales y su evidente incapacidad comunicativa.

Mikael Persbrandt y Birgitte Hjort Sørensen en una escena de 'Alguien a quien amar' (2014)
Mikael Persbrandt y Birgitte Hjort Sørensen en una escena de ‘Alguien a quien amar’ (2014)

En ‘Alguien a quien amar’ el mayor punto débil es un argumento con elevadas pretensiones que terminan por difuminarse según se van presentando los personajes y desarrollando la narración, un manojo de canciones correctas, con letras delirantes escritas directamente por un paranoico, a no ser que fuera esa la pretensión, y unas satisfactorias interpretaciones y propicia realización.

Trailer de la película ‘Alguien a quien amar’

DIRECCIÓN
7
GUION
3
INTERPRETACIÓN
8
FOTOGRAFÍA
5
MÚSICA
6
Reseña de lectores5 Votos
6.9
LO BUENO
Sofus Ronnov en el papel de Noa.
LO MALO
El guion y algún que otro estereotipado diálogo.
5.8